Menú

Pelea fake sobre vivienda

La política de vivienda del Gobierno consiste básicamente en enfrentar a propietarios con no propietarios y a propietarios con inquilinos.

La política de vivienda del Gobierno consiste básicamente en enfrentar a propietarios con no propietarios y a propietarios con inquilinos.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, protagoniza un desayuno informativo de Europa Press en el NH Collection Eurobuilding, a 9 de octubre de 2025 en Madrid (España). | Europa Press

Socialistas y Sumar se metieron en una riña por la política de vivienda y los kremlinólogos diagnosticaron que no era una riña cualquiera, dado lo capital que es el asunto para el destino del Gobierno. Pero los kremlinólogos, ay, se equivocan y aquí claramente se equivocaron. Al cabo de pocas horas de pedir que la ministra de Vivienda diera un paso atrás, Sumar empezó a arriar velas y, como en el estrambote cervantino, "fuese y no hubo nada". Quien dio el paso atrás y se batió en retirada fue el partido de Yolanda Díaz diciendo, como ya es usual, que no había dicho lo que dijo. La disputa de los socios de coalición, que resultaba prometedora, quedó en el mundo virtual de la isla de las tentaciones.

El Gobierno cree que el problema de vivienda le quita votos que supone le pertenecen, por lo que lleva una temporada diciendo que es su máxima prioridad. Decir que es máxima prioridad no resuelve el problema, pero ayuda a hacer creer que se está resolviendo, y esto resulta fundamental en una política especialmente dedicada a fabricar mucha ilusión. La otra pata importante es señalar culpables, tarea en la que compiten socios y ex amigos. Unos días, las grandes culpables son las comunidades autónomas del PP y otros días, los malandrines son los especuladores, que vienen a ser los propietarios de viviendas. Propietarios que, en su gran mayoría, no son esos "fondos buitre" de los que hablan, sino probos miembros de la clase media española. La política de vivienda del Gobierno consiste básicamente en enfrentar a propietarios con no propietarios y a propietarios con inquilinos. Esto no servirá para resolver la escasez ni la carestía, pero el objetivo no es resolver, cosa complicada, sino dar la imagen.

La cuenta de la cantidad de vivienda protegida que Sánchez ha prometido en campañas electorales se ha perdido, pero seguirá prometiendo a pesar de que no es posible materializarlas. El precedente más cercano de estas promesas que no se pueden cumplir lo tenemos en Zapatero. Prometió 1,5 millones de viviendas protegidas en diez años, y lo hizo en 2007, dos telediarios antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y se acabara el mundo. De aquello nunca más se supo. Y pocos se acuerdan. Pero no vayamos en busca del tiempo perdido. La realidad presente es que el Gobierno no tiene ninguna idea en materia de vivienda que sea buena o factible. El resultado de las medidas que ha tomado habla por sí solo: son contraproducentes. Les queda, por eso, lanzar campañas publicitarias como la del anuncio que hace burla de un coliving senior o la del teléfono de la falsa esperanza (cuando el ministerio ya tiene líneas de atención al ciudadano). Aunque lo más fake de todo es la pelea. Si Sumar fuera en serio, no pediría la retirada de Isabel Rodríguez; saldría del Gobierno. Veremos más fakes, pero no eso

En Libre Mercado

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal