
En España se ha vuelto a reabrir un debate en torno a los youtubers que se marchan a vivir (y a tributar) a Andorra a raíz de que la influencer Coqui, de "Cocina con Coqui", haya decidido mudarse al país vecino como ya hicieron hace unos años otros youtubers como El Rubius, TheGrefg, Wall Street Wolverine o Un Tío Blanco Hetero. Este hecho ha indignado a muchas personas de izquierdas en redes sociales ya que acusan a todos estos influencers de ser "insolidarios" y de solo mirar por su propio interés.
Aquí podemos ver un ejemplo de las reacciones que ha tenido esta decisión de la influencer china Coqui en la red social X (Twitter), donde este tuit ha alcanzado los más de 7.000 "me gustas":
O sea España te da la posibilidad de tener una vida mejor que en tu país de origen , te da los recursos y el dinero público para que progreses y a la que puedes te piras a Andorra? Coqui lo que das es asco https://t.co/8s0mcHS3qR
— 🔞 (@paquitapacota) October 25, 2025
Según esta narrativa, los youtubers se habrían aprovechado de todo el sistema español a través de una educación o una sanidad pública, unas carreteras y toda una serie de servicios sociales, los cuales les habrían ayudado a llegar tan lejos en la vida y a tener los ingresos que tienen en la actualidad. Al mudarse a Andorra para pagar menos impuestos y así poder ahorrar más, estos ciudadanos estarían cometiendo una traición para con el resto de España, ya que poco menos que se habrían aprovechado de todo el sistema para luego irse a tributar a otra parte y así no compartir sus beneficios con el resto de la población.
Esta forma de ver a los youtubers como si fueran solo contribuyentes y no como las personas que son, dice mucho de quienes los ven así. Ya que parece que estos creadores de contenido tuvieran que quedarse a vivir en España hasta "saldar la deuda" que tienen para con el Estado, algo que no aplican al resto de trabajadores españoles que deciden marcharse a otro país para buscar una vida mejor.
En el fondo, esta forma de pensar trata a las personas como si fueran propiedad del Estado o del país, es decir, como esclavos. A nadie se le ocurriría decir que un esclavo le debe algo al amo por el hecho de escaparse en busca de una vida mejor porque "el amo lo ha alimentado y le ha dado cobijo", pero sí se hace con los youtubers. Sin embargo, este mismo razonamiento no lo aplican a quienes emigran a países más ricos como Reino Unido, Alemania o Francia.
Pero vayamos más allá, si lo pensamos fríamente no hay mucha diferencia entre el youtuber que se va a Andorra y el médico o ingeniero que emigra a Alemania, Francia o a cualquier otro país donde vaya a tener unos ingresos mayores que en España. En los dos casos, lo que buscan ambos trabajadores es mejorar su calidad de vida y que tanto su renta disponible como su patrimonio sean mayores en comparación con lo que tendrían en España.
El hecho de que unos busquen conseguir ese incremento de su renta y patrimonio por la vía de pagar una menor cantidad de impuestos, y que los otros lo consigan a través de cobrar unos salarios mayores es lo de menos porque el objetivo es el mismo, y para los españoles que se quedan en España el resultado también es el mismo: ambos trabajadores se van y dejan de tributar en España.
Por otro lado, da la sensación de que se le atribuye un valor excesivamente alto a todo el sistema de servicios sociales que hay en España como si ese fuera el factor realmente diferencial por el que los youtubers se han hecho famosos y por el cual han triunfado. ¿Acaso ese sistema de sanidad o educación pública, de carreteras o de infraestructuras no es el mismo para todos los españoles?
A lo que se quiere llegar con esta reflexión es que ningún individuo le debe nada al Estado y que por el hecho de irse a vivir a otro país para pagar menos impuestos no se está cometiendo ningún tipo de traición. En lugar de poner el foco en quienes abandonan el país en busca de una vida mejor, lo que habría que hacer es preguntarse por qué se está yendo y tratar de crear un ecosistema fiscal y de incentivos para que no se fueran. Sin embargo, la mentalidad imperante en buena parte de la sociedad no es la de atraer el talento sino la de expulsarlo a base de subidas fiscales.
