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Madrid

Cinco razones de los expertos para defender la jornada partida en el colegio

El debate de la jornada continua o partida resurge con fuerza tras las medidas anunciadas en Madrid. Esto es lo que dicen los expertos.

El debate de la jornada continua o partida resurge con fuerza tras las medidas anunciadas en Madrid. Esto es lo que dicen los expertos.
Inicio del curso escolar en el Colegio Daoiz y Velarde de Alcobendas, Madrid. | EFE/ Sergio Pérez

Entre los anuncios de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el Debate del estado de la Región ha despertado especial polvareda el de su intención de potenciar el horario partido en la escuela frente al continuo, que poco a poco continúa imponiéndose en los centros públicos de Madrid y de casi toda España (no así en los concertados)

La presidenta madrileña avanzó que a partir del próximo curso ningún colegio podría pasar de jornada partida a continua, una elección que recaía hasta ahora en los consejos escolares de los colegios, que deciden a través de una votación entre docentes y familias. Además, señaló que los nuevos centros pasarían a impartir también primero y segundo de ESO (en lugar de pasar directamente al instituto), y tendrían también horario partido, mientras que los centros que ya tengan jornada intensiva ofrecerán más alternativas para que los niños puedan pasar más horas en el colegio.

La medida ha sido bien recibida por asociaciones como FAPA, que agrupa a las asociaciones de padres madrileños y no así por los sindicatos de profesores. Lo cierto es que va en línea del documento que publicó hace un año la OCDE para tratar de reducir el abandono escolar en España, en el que empujaban al Gobierno a fomentar la jornada partida con el argumento de que pasar más tiempo en el colegio "permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje", algo que se notaría especialmente en los alumnos más desfavorecidos. Y también entronca con estudios publicados en los últimos años, el más citado de ellos el que publicó EsadeEcPol en 2022 firmado por Marta Ferrero, Lucas Gortazar y Ángel Martínez.

Aunque los autores no se aventuran a señalar si hay evidencia científica de mejores resultados académicos en niños con jornada partida que continua por los múltiples factores añadidos, sí analizan otras ventajas sí constatadas de la jornada partida (de 09:00/09:30 a 16:00/16:30 con un almuerzo a las 12.30 o 13 horas) frente a la continua (de 9 a 14 horas).

Pasar más tiempo en el colegio, efectos positivos

El Estudio cita otros estudios de países como Chile, México o Dinamarca que vinculan el pasar más horas en la escuela con mejoras en la graduación de los alumnos y su capacidad de aprendizaje. También citan factores emocionales, de comportamiento y el menor consumo de televisión.

Menos desigualdad

La jornada más corta, sin comedor, redunda en una menor participación en actividades extraescolares dentro del propio colegio, señalan los autores, que también destacan la segregación que puede provocar esta situación con familias con más recursos y necesidades de conciliar que terminan escolarizando a sus hijos en centros privados o concertados con jornada partida.

Horario más ajustado al ritmo de los niños

El Estudio destaca cómo fluctúan según la edad los picos de atención de los alumnos. Si bien en los niños más pequeños la atención aumenta por la mañana y mengua durante la tarde, no ocurre lo mismo con los niños entre 6 y 11 años, en los que "el descenso de los niveles de atención a media mañana es menos pronunciado que en la etapa de Infantil y el pico de mayor atención comienza a desplazarse a la tarde". A partir de esa edad, continúan, los niveles de atención más elevados se desplazan claramente hacia la tarde, mientras que durante las primeras horas de la mañana se mantienen especialmente bajos, lo que contrastaría con las peculiaridades del horario continuo en secundaria, que por el aumento en las horas lectivas adelanta la hora de entrada hasta las 8:30 o las 8:00. Los autores incluso citan un estudio que señala que entre alumnos de 7 y 11 años no sólo "no hay un derrumbe del rendimiento o de la concentración por la tarde" sino que capacidades como la memoria a largo plazo se desarrollan mejor por la tarde que por la mañana.

Ventajas en la alimentación...

El Estudio defiende las ventajas de una comida temprana (en prevención de enfermedades infantiles, evitar retrasos en cenas y sueño y mejor distribución de los periodos de ayuno). También destacan las ventajas del comedor, que cogen mayoritariamente los padres en jornadas de turno partido y es mucho menos habitual en las jornadas continuas: favorecería la socialización, los buenos hábitos alimenticios o la autonomía, entre otras cosas.

... y el sueño

Por último, los expertos apuntan las desventajas de empezar temprano para los adolescentes por su "cronotipo vespertino" así como las ventajas, en el caso de los niños pequeños, de las siestas de mediodía en las aulas de infantil. Al respecto, la Sociedad Valenciana de Pediatría señaló en su día que "es adecuado retrasar la hora de inicio del horario escolar para favorecer el sueño y el rendimiento, sobre todo en el adolescente" y abogó por tener en cuenta "el cronorendimiento del escolar para la distribución de las asignaturas y el horario de los exámenes", teniendo en cuenta "los picos atencionales que se producen a media mañana y en horario de tarde". En el mismo comunicado, los pediatras abogaron por el comedor como "arma irrenunciable para fomentar la igualdad en educación nutricional" y defendieron las ventajas de realizar la comida "antes de las 14:00 horas", evitando "periodos prolongados de ayuno".

Avance imparable

Pese a la acumulación de razones en los últimos tiempos, la jornada continua lleva extendiéndose poco a poco desde hace 30 años, recibió un último empujón en los años de pandemia y es la mayoritaria en centros públicos de la mayoría de autonomías, con porcentajes del 100% en regiones como Murcia, Canarias, Extremadura y Baleares (en Madrid es del 80%, según informa la Comunidad de Madrid).

Mientras entre los profesores el respaldo es total y la han promovido activamente en las votaciones celebradas, entre los padres predomina el apoyo a la discontinua aunque varía en función de múltiples factores. Lo cierto es que los horarios de la pública, con un reparto de horas lectivas que desemboca en una salida más temprana de los niños, y su paulatino cambio a la jornada continua, han empujado a muchas familias a la concertada y la privada en detrimento de otros centros.

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