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Alarma en Madrid por la invasión de telarañas que cubre calles y parques

Arañas como la falsa viuda y la reclusa parda cubren Madrid de telarañas, generando inquietud pese a ser en su mayoría inofensivas.

Arañas como la falsa viuda y la reclusa parda cubren Madrid de telarañas, generando inquietud pese a ser en su mayoría inofensivas.
Detalle de una tela de araña. | Aferro

Madrid ha despertado bajo un manto de telarañas que se extiende por árboles, farolas y aceras, creando un paisaje que ha sorprendido y, en algunos casos, alarmado a sus vecinos. Este "ataque de arañas", como muchos ya lo han llamado en redes sociales, ha generado todo tipo de reacciones entre los habitantes de la ciudad. La presencia de hilos flotantes en distintas zonas urbanas es una consecuencia natural de la época del año, que favorece la actividad de estos arácnidos. Aunque la imagen de calles cubiertas de telarañas pueda resultar inquietante, se trata de un proceso cíclico y, en gran medida, inofensivo.

La temporada de otoño, perfecta para las arañas

La proliferación de arañas en otoño tiene sus raíces en factores ambientales. Durante esta estación, el clima fresco y la humedad crean condiciones ideales para que las arañas se reproduzcan y se dispersen en busca de nuevos espacios donde asentarse. Utilizan el "vuelo arácnido" como medio de transporte, un proceso mediante el cual las arañas jóvenes tejen hilos de seda que el viento arrastra hacia otras zonas. Este método les permite explorar nuevas áreas y, aunque el efecto visual de las telarañas sea impactante, su aparición responde únicamente al ciclo vital de estas especies.

@lajotaroja

¿Por qué hay arañas en Madrid? Bueno si vives en Madrid te habrás dado cuenta que está repleto de arañas y de telarañas y es bastante incómodo pasear por la calle. Lo de las arañas en Madrid no nos pilla de nuevas y es que ya nos pasó hace pocos con las polillas. #vivirenmadrid

♬ sonido original - lajotaroja♦️

¿Qué tipos de arañas son frecuentes en Madrid?

Entre los arácnidos que se pueden encontrar en la ciudad y sus alrededores, hay varias especies dignas de mención. Una de ellas es la Loxosceles rufescens, conocida como la araña reclusa parda, que suele habitar en lugares secos y oscuros, como sótanos o trasteros. A pesar de su temible reputación, esta araña evita el contacto humano y su picadura, aunque rara, solo genera problemas graves en casos excepcionales. Otra especie notable es la Falsa Viuda, una araña común en jardines y espacios tranquilos de los hogares que, aunque puede causar molestias leves con su mordedura, no representa un riesgo considerable.

Madrid también alberga arañas menos frecuentes pero igualmente curiosas, como la Cheiracanthium punctorium, cuyas picaduras, aunque no peligrosas, son comparables a una picadura de avispa en cuanto a dolor. La Segestria florentina, reconocible por sus quelíceros verdes iridiscentes, es otra especie común en entornos urbanos, generalmente encontrada en grietas y paredes. Aunque su mordedura provoca dolor, no supone ningún riesgo para la salud.

Cómo mantener las arañas fuera de casa

Para aquellos que prefieren minimizar la presencia de arañas en sus hogares, existen diversas recomendaciones prácticas. Mantener una limpieza regular en zonas menos transitadas y eliminar telarañas al detectarlas son medidas sencillas pero eficaces. Ventilar bien los espacios también ayuda, ya que muchas arañas prefieren entornos húmedos y oscuros. Sellar grietas en puertas y ventanas evita que estos arácnidos encuentren puntos de acceso al interior.

Algunos repelentes naturales como el aceite de menta, el vinagre o la lavanda pueden funcionar como disuasores, ya que las arañas tienden a evitar estos olores. En casos de infestación severa, contactar con una empresa de control de plagas es la opción más segura para evitar problemas mayores.

Beneficios de las arañas para el ecosistema urbano

Aunque esta invasión de telarañas pueda resultar incómoda, es importante recordar el papel positivo que juegan las arañas en el ecosistema urbano. Al alimentarse de otros insectos como moscas y mosquitos, ayudan a controlar plagas que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud humana. Su presencia en la ciudad es, por tanto, una señal de equilibrio en el entorno natural, que sigue encontrando espacio en el entorno urbano a pesar de la intervención humana.

Aunque el aspecto de las calles cubiertas de telarañas pueda resultar desconcertante, no representa más que un ciclo natural en respuesta a las condiciones ambientales propias del otoño.

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