
José Luis Martínez-Almeida ha aprovechado la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno de este jueves para responder a las acusaciones que Reyes Maroto lanzó ayer, justo después del minuto de silencio por la mujer asesinada en Torrejón de Ardoz. Allí, la socialista afirmó que la violencia sexual "no es una prioridad" para el Ayuntamiento y reclamó más coordinación institucional.
"A mí me da cierto pudor hablar de estos temas al lado de un socialista porque son auténticos expertos y auténticas autoridades cuando hablamos de temas sexuales y acoso sexual", ha arrancado un irónico Almeida. El alcalde ha reprochado a Maroto que trate de convertir el repunte de agresiones sexuales en la capital en "un asunto de mesas y comisiones", algo que, según ha subrayado, solo sirve para "dilatar la resolución de los problemas".
Frente a la receta burocrática de la portavoz socialista, Almeida ha insistido en una idea durante toda su intervención: más presencia policial. "Voy con ella a la calle, le preguntamos a cualquier mujer que nos crucemos si quiere una mesa de trabajo o quiere más policías", ha retado dirigiéndose a Maroto.
Para el alcalde la raíz del problema no está en la coordinación entre Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y Delegación del Gobierno —como dijo este miércoles Maroto—, sino en la falta de efectivos. En esas, ha recordado que en Madrid hay "mil plazas vacantes" de Policía Municipal que no pueden cubrirse porque "el Gobierno de España no nos deja". También ha lamentado que Pedro Sánchez desaprovechara "una extraordinaria ocasión" para eliminar la tasa de reposición en el reciente decreto ley.
Por ello, ha avanzado que el Ayuntamiento no participará en nuevas mesas: "No vamos a participar en mesas, grupos de trabajo, comisiones que lo único que pretenden es diluir responsabilidades y pegarle una patada". Por el contrario, ha matizado, su equipo estará "en la calle", porque es ahí donde, a su juicio, se combaten los delitos sexuales.
Desmintiendo a Maroto, Almeida ha asegurado que para el Consistorio las agresiones sexuales son "el problema más importante que hay en términos de seguridad ciudadana" y como tal "exigen medidas radicales". Entre esas medidas, considera el alcalde que "vale más un policía que una mesa", motivo por el cual invertirá "todos los esfuerzos posibles" para lograrlo, a pesar de las limitaciones impuestas —ha insistido varias veces— por el Ejecutivo central.

