LD (Agencias) El general retirado argentino Luciano Benjamín Menéndez fue condenado por el Tribunal Oral Federal Número Uno de la ciudad de Córdoba, a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad, una pena que, pese a sus 81 años, deberá cumplir en una cárcel común. Entre 1975 y 1979, Menéndez fue jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, con jurisdicción en una decena de provincias del país.
Además, los magistrados aplicaron la máxima pena que contemplan las leyes argentinas a los ex militares Oreste Padován, Luis Manzanelli, Carlos Díaz y Ricardo Lardone. Los antiguos mandos del Ejército Hermés Rodríguez y Jorge Acosta recibieron una condena de 22 años de cárcel, mientras que para el suboficial retirado Carlos Vega la pena fue de 18 años. Los ocho militares retirados fueron considerados autores materiales e intelectuales del secuestro, tortura y asesinato en 1977 de los militantes políticos Humberto Brandalisis, Ilda Palacios, Carlos Lajas y Raúl Cardozo.
En el fallo, recibido con júbilo por familiares de las víctimas y representantes de entidades humanitarias, el tribunal revocó la prisión domiciliaria de la que gozaban algunos de los imputados, entre ellos Menéndez, y dispuso su traslado a una cárcel común. Según quedó probado en el juicio, los militantes políticos fueron secuestrados en 1977, torturados durante un mes en un centro clandestino de detención de Córdoba conocido como "La Perla" y posteriormente fusilados. Los involucrados en el hecho alegaron que las cuatro personas, a las que calificaron de subversivas, habían muerto tras un enfrentamiento armado.
Horas antes de escuchar el veredicto, Menéndez reivindicó la represión ilegal de la dictadura (1976-1983). Aseguró que "los delincuentes subversivos ensangrentaron el país durante diez años en los cuales asesinaron a 1.500 personas. Este es el primer país que juzga a sus soldados victoriosos que lucharon y vencieron por orden de y para sus compatriotas", aseguró.
Menéndez dijo que "los guerrilleros de los años setenta están en el poder", en alusión al ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa y sucesora en el cargo, Cristina Fernández, quienes en esa época militaron en el ala izquierdista del gobernante peronismo. Esas palabras del ex general fueron interrumpidas por los insultos de grupos de familiares de las víctimas de la dictadura, que luego fueron desalojados de la sala de audiencias.