
L D (Agencias) "Turquía tiene un gran desafío, y no sólo de negociación y diplomacia; tiene que conquistar los corazones y espíritu de los europeos, porque hay muchos países que son reticentes (a su ingreso en la UE)", declaró Barroso a la prensa.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión se reúnen en la tarde de este jueves (y la mañana del viernes) para discutir cuándo y bajo qué condiciones comenzarán las negociaciones con Turquía y Croacia, así como para fijar la fecha para la firma del tratado de adhesión de Bulgaria y Rumanía.
Según recoge Europa Press, Barroso se mostró contrario a imponer a Turquía, como pretende París, una nueva condición previa: el reconocimiento del exterminio armenio perpetrado a principios del siglo XX. “No creo que sea justo”, manifestó.
Ahora bien, sí expresó su deseo de que Ankara reconozca a Chipre “antes del momento de la sucesión”. “No es una condición previa”, aclaró, pero dijo que es necesario que los turcos muestren en este punto una "actitud constructiva".
"Turquía no es una adhesión más, es una adhesión especial que plantea problemas específicos”, afirmó. "No puede contemplarse desde el punto de la diplomacia tradicional. No podemos tratar el tema turco como si fuera normal, porque supone un esfuerzo excepcional", añadió.
Con todo, señaló que la idea de establecer "derogaciones permanentes" –como la prevista sobre la libre circulación de trabajadores– no debe entenderse como si éstas fueran a aplicarse "siempre". A su juicio, se trata de una solución para cierto número de preocupaciones "graves" si se presentan “problemas” en “una serie de sectores". "No creo que se pueda considerar discriminatorio. De hecho, hay derogaciones permanentes en algunos temas también para los Estados miembros", agregó, indicó en referencia al euro, Defensa y algunas cuestiones de Justicia e Interior.
Para el ex primer ministro portugués, la decisión que adopten los Veinticinco será un “test de la voluntad política de los Estados miembros".
