
L D (EFE) Además de insistir en que se volcará con las familias, las empresas y el Sur del país, como le pedían sus principales aliados, Alianza Nacional y la democristiana UDC, cuando forzaron su dimisión, el primer ministro aseguró que seguirán adelante las reformas institucionales que tramita el Parlamento.
Esas reformas, con las que se modifican más de medio centenar de artículos de la Constitución, incluyen una cierta organización federal de Estado, que promueve a toda costa la Liga y sobre la que discrepan los otros socios de Gabinete. "En la primera mitad de 2006 habrá un referéndum para confirmar esas reformas", dijo el líder conservador, que poco antes de entrar en la Cámara de Diputados aseguró que las elecciones generales se celebrarán en la fecha prevista de mayo del próximo año.
Pese a la huella de desconfianza que ha dejado en el seno de su coalición la crisis que ha precedido a la formación de un nuevo Gobierno, Berlusconi se atrevió a lanzar la idea de que su actual alianza podría converger en un sólo partido político, lo que siempre han rechazado hasta ahora sus aliados. También subrayó que piensa cerrar en un breve periodo de tiempo los conflictos con los funcionarios públicos y con los médicos, actualmente sin convenio colectivo, y que se mantendrán el déficit por debajo del 3 por ciento del PIB, como les pide la Unión Europea. A la intervención de Berlusconi seguirá mañana un debate en la Cámara, tras el cual se procederá al voto de confianza, que se repetirá en el Senado el jueves.
Esas reformas, con las que se modifican más de medio centenar de artículos de la Constitución, incluyen una cierta organización federal de Estado, que promueve a toda costa la Liga y sobre la que discrepan los otros socios de Gabinete. "En la primera mitad de 2006 habrá un referéndum para confirmar esas reformas", dijo el líder conservador, que poco antes de entrar en la Cámara de Diputados aseguró que las elecciones generales se celebrarán en la fecha prevista de mayo del próximo año.
Pese a la huella de desconfianza que ha dejado en el seno de su coalición la crisis que ha precedido a la formación de un nuevo Gobierno, Berlusconi se atrevió a lanzar la idea de que su actual alianza podría converger en un sólo partido político, lo que siempre han rechazado hasta ahora sus aliados. También subrayó que piensa cerrar en un breve periodo de tiempo los conflictos con los funcionarios públicos y con los médicos, actualmente sin convenio colectivo, y que se mantendrán el déficit por debajo del 3 por ciento del PIB, como les pide la Unión Europea. A la intervención de Berlusconi seguirá mañana un debate en la Cámara, tras el cual se procederá al voto de confianza, que se repetirá en el Senado el jueves.
La oposición dice que sólo queda "encomendar Italia a Dios"
La oposición de centroizquierda recibió con duras críticas el discurso con el que Berlusconi presentó su programa y alguno de sus dirigentes dijo que sólo les quedaba "encomendar Italia a Dios". "Un discurso desolador, frente al cual sólo se puede invocar la protección de Dios sobre Italia", afirmó el líder de los Demócratas de Izquierda (DS) Piero Fasino, quien censuró a Berlusconi "su falta de coraje para reconoce en el Parlamento que ha sufrido una derrota electoral".
La falta de autocrítica del jefe del Ejecutivo le llevó a decir al secretario del Partido de los Comunistas Italianos, Oliverio Diliberto, que "ha sido un discurso pésimo, propio de un derrotado". El dirigente de la formación centrista La Margarita Pier Luigi Castagnetti señaló que el de Berlusconi "ha sido un discurso rayado, la misma música de siempre, con la que a estas alturas ya no es capaz de encantar a nadie". Más allá fue el líder de Los Verdes, Alfonso Pecoraro Scanio, quien tachó la intervención del primer ministro, previa al voto de confianza en la Cámara de Diputados, de "huida hacia adelante, sin ideas ni sentido del ridículo".
La falta de autocrítica del jefe del Ejecutivo le llevó a decir al secretario del Partido de los Comunistas Italianos, Oliverio Diliberto, que "ha sido un discurso pésimo, propio de un derrotado". El dirigente de la formación centrista La Margarita Pier Luigi Castagnetti señaló que el de Berlusconi "ha sido un discurso rayado, la misma música de siempre, con la que a estas alturas ya no es capaz de encantar a nadie". Más allá fue el líder de Los Verdes, Alfonso Pecoraro Scanio, quien tachó la intervención del primer ministro, previa al voto de confianza en la Cámara de Diputados, de "huida hacia adelante, sin ideas ni sentido del ridículo".
