
L D (EFE) Toda la atención estaba puesta hoy en el discurso con el que Cameron clausuró el congreso conservador en Blackpool (nordeste de Inglaterra), ante las crecientes conjeturas sobre un adelanto electoral y la posible influencia que pudiera tener su intervención en la decisión de Brown.
El líder Tory no rehuyó esos rumores sino que, en un tono incluso desafiante, se dirigió al primer ministro para instarle a "seguir adelante" y "convocar esas elecciones", de forma que los ciudadanos puedan pronunciarse sobre "diez años de promesas rotas".
"Permita a la gente decidir quién puede hacer los cambios que necesitamos en nuestro país. Convoque esas elecciones. Lucharemos. El Reino Unido ganará", afirmó Cameron, cuyo llamamiento fue acogido con un sonoro aplauso por un auditorio entregado.
Cameron, que recurrió a sus mejores dotes de orador con un discurso de algo más de una hora -que aseguró ir improvisando-, recordó que si hace dos años, en ese mismo escenario, explicó por qué quería liderar al Partido Conservador, ahora iba a explicar por qué quería liderar el país.
Así las cosas el jefe de la oposición repasó lo que, a su juicio, habían sido los sucesivos fracasos laboristas para dar respuesta a los problemas del país y a los desafíos que presenta un nuevo mundo globalizado.
Frente a una "viejas políticas" que ya no sirven para una sociedad británica con cada vez mayores desigualdades, un sistema educativo que no prepara suficientemente a los alumnos y una sanidad pública con un personal desmoralizado, el líder Tory insistió en que era necesario un cambio.
Si Brown en su intervención ante el congreso laborista de la semana pasada no citó ni una sola vez a Cameron, éste atacó repetidamente al "premier", al que acusó de llenar su discurso con promesas ya oídas, en alusión a las críticas de que el primer ministro plagió algunas de sus ideas.
Cameron abogó hoy por un país "más seguro y más ecológico" para combatir las amenazas que suponen el "crimen, la guerra, el terrorismo y el cambio climático" y se comprometió a reducir los impuestos, crear un "fondo de socorro" para personas mayores sin recursos y fortalecer a las familias, en un discurso que combinó las medidas de centro con los viejos temas conservadores.
En política exterior, se comprometió a mantener su campaña a favor de un referéndum sobre el tratado constitucional de la UE, al tiempo que calificó la decisión de Brown de no convocarlo como "el más flagrante abuso de confianza" en la política moderna. De llegar al Gobierno, Afganistán será su prioridad "número uno", ya que, advirtió, un regreso de los talibanes y Al Qaeda podría suponer una mayor amenaza en las calles británicas.
Tras presentar sus planes para el futuro del Reino Unido, sin "bandazos" a la izquierda ni a la derecha, Cameron adoptó una línea más personal para asegurar que se siente capaz de tomar las riendas y que no está avergonzado por haber estudiado en el prestigioso colegio Eton, una de las críticas que más frecuentemente se le han hecho.
