L D (EFE) La última de las acciones terroristas tenían lugar en Kirkurk, al norte de Irak, contra la sede del partido Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) en la ciudad de Kirkuk.
Cuatro de los fallecidos eran muchachas y la otra una maestra de escuela secundaria de Al Rafeda. En el hospital general de Kirkuk han sido ingresadas 39 personas heridas, entre ellas nueve en estado muy grave. Entre los heridos figuran también cinco guardas de seguridad de la UPK. Los oficiales iraquíes atribuyen el atentado al grupo extremista islámico Ansar Al Islam, al que se le atribuyen lazos con la red terrorista Al-Qaeda. También en Kirkuk, otro coche bomba ha matado a tres personas y herido a otras seis.
En la madrugada de este jueves, un coche bomba explotaba frente a la casa de un jefe tribal en Ramadi, a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, y dejó al menos siete muertos según fuentes sanitarias, aunque el número no ha sido confirmado. Varios medios de comunicación han informado de que dos de los muertos podrían ser el jefe tribal Mahmoud Jarbou, conocido por ser un cercano colaborador de las fuerzas estadounidenses, y el hijo del jefe regional de policía, Jadan al-Alwani.
Posiblemente en enero, las fuerzas de EEUU traspasaran la seguridad de la ciudad a la policía local de Ramadi, considerada como una de las zonas más peligrosas de Irak. También en Ramadi este miércoles unos desconocidos asesinaron a dos personas e hirieron a otras 12 tras dispararles con ametralladoras y tirar una granada a un domicilio.
Otra de las explosiones ocurrió a primera hora de la mañana en una de las clases del colegio Al-Abed, situado a dos kilómetros al oeste de Kerbala, y dejó al menos dos niños muertos y otros dos heridos, uno de ellos de gravedad. Los afectados tiene todos entre 11 y 12 años.