LD (EFE) El presidente ecuatoriano Alfredo Palacio decretó el miércoles pasado el estado de emergencia en las provincias de Orellana y Sucumbíos, afectadas por una huelga que paraliza la industria petrolera y que está apoyada por las autoridades regionales, secunda un paro general para exigir mejores infraestructuras. Con una fuerte presencia militar en toda la zona, el jueves hubo enfrentamientos entre soldados y participantes en las protestas.
Las informaciones independientes desde el área son escasas, después de que los militares impusieran la censura previa, recogida en la declaración del estado de emergencia decretado por Palacio. Las contradicciones informativas han sido numerosas y el jueves por la mañana, mientras una fuente militar decía que el Ejército controlaba los aeropuertos, a la misma hora líderes de la protesta lo desmentían y señalaban que las pistas seguían ocupadas.
Responsables gubernamentales han acusado a los huelguistas de llevar a cabo atentados y acciones vandálicas, algunas de ellas con explosivos, lo que los organizadores del paro han negado en comunicados de prensa en las que responsabilizaban al Gobierno y los militares de la violencia.
