L D (EFE)
El subsecretario de Estado norteamericano pasa Asuntos Asiáticos, James Kelly, el director general de Asia y Pacífico de la cancillería japonesa, Mitochi Yabunaka, y el viceministro surcoreano de Asuntos Exteriores, Lee Soo Hyuck discutieron en la capital surcoreana las propuestas para conseguir que Corea del Norte abandone definitivamente su programa de desarrollo nuclear.
En rueda de prensa, el viceministro surcoreano de Asuntos Exteriores explicó que la reunión sirvió para compartir las posiciones respectivas y buscar respuestas comunes en los principales puntos de las negociaciones, en los que no se contempla la posibilidad de que Pyongyang congele sus planes y sí su desmantelamiento.
"Acordamos hacer esfuerzos y tener paciencia para que la reunión resulte fructífera", dijo Lee, que presidirá la delegación surcoreana en las negociaciones multilaterales con las dos Coreas, EEUU, China, Japón y Rusia que se inician en Pekín el próximo miércoles. Según Lee, el Gobierno surcoreano propondrá un plan en tres fases para congelar, verificar y desmantelar el desarrollo nuclear norcoreano, con inclusión de garantías de seguridad por etapas y con la adopción simultánea de medidas por parte de EEUU.
El plan prevé que en un principio Pyongyang anuncie su voluntad de abandonar el programa nuclear y, en respuesta, los otros cinco países negociadores muestren su disposición a ofrecer garantías de no agresión al país comunista, tal como en multitud de ocasiones ha exigido el régimen de Kim Jong Il. A partir de ahí, Pyongyang deberá poner en marcha el desmantelamiento y abandono total de su programa nuclear a cambio de un documento duradero de seguridad. En ese caso, EEUU firmaría la garantía de seguridad con Corea del Norte, con el aval de Corea del Sur, Japón, China y Rusia.
No obstante, el viceministro surcoreano mostró su cautela ante las perspectivas de la ronda multilateral dada la complejidad del proceso. Japón, EEUU y Corea del Sur compartieron el mismo parecer de exigir al régimen norteño el desmantelamiento completo del programa nuclear, para así evitar forzar a Corea del Norte que se pronuncie sobre el hipotético segundo programa nuclear a base de uranio enriquecido que se suma al de plutonio, origen de las tensiones con EEUU. Los medios surcoreanos habían informado de que existían discrepancias entre Washington y Seúl en cuanto a la separación de los dos planes nucleares.
EEUU considera primordial discutir el presunto desarrollo de uranio enriquecido, mientras que para Corea del Sur es algo secundario, y Corea del Norte niega su existencia. El Gobierno surcoreano dejó claro que el objetivo final de las negociaciones a seis bandas de Pekín no es obtener una suspensión del programa nuclear, sino su desmantelamiento total. El ministro surcoreano de Unificación, Jeong Se Hyun, pidió a EEUU que adopte una postura "flexible" al objeto de alcanzar el éxito en Pekín y poner fin al conflicto surgido a finales de 2002, cuando Pyongyang reconoció haber desarrollado en secreto la energía nuclear en contra de lo convenido con Washington.
En su comparecencia ante el Parlamento surcoreano, el ministro recordó también que Corea del Norte prometió, durante los contactos bilaterales de las dos Coreas hace tres semanas, volcar sus esfuerzos para que la reunión multilateral de sus frutos. El ministro surcoreano destacó la doble función de Corea del Sur como país implicado en la crisis y al mismo tiempo mediador, razón por la cual la política del país está comprometida tanto a persuadir a Pyongyang por los canales bilaterales como a mantener una estrecha cooperación con EEUU.
En rueda de prensa, el viceministro surcoreano de Asuntos Exteriores explicó que la reunión sirvió para compartir las posiciones respectivas y buscar respuestas comunes en los principales puntos de las negociaciones, en los que no se contempla la posibilidad de que Pyongyang congele sus planes y sí su desmantelamiento.
"Acordamos hacer esfuerzos y tener paciencia para que la reunión resulte fructífera", dijo Lee, que presidirá la delegación surcoreana en las negociaciones multilaterales con las dos Coreas, EEUU, China, Japón y Rusia que se inician en Pekín el próximo miércoles. Según Lee, el Gobierno surcoreano propondrá un plan en tres fases para congelar, verificar y desmantelar el desarrollo nuclear norcoreano, con inclusión de garantías de seguridad por etapas y con la adopción simultánea de medidas por parte de EEUU.
El plan prevé que en un principio Pyongyang anuncie su voluntad de abandonar el programa nuclear y, en respuesta, los otros cinco países negociadores muestren su disposición a ofrecer garantías de no agresión al país comunista, tal como en multitud de ocasiones ha exigido el régimen de Kim Jong Il. A partir de ahí, Pyongyang deberá poner en marcha el desmantelamiento y abandono total de su programa nuclear a cambio de un documento duradero de seguridad. En ese caso, EEUU firmaría la garantía de seguridad con Corea del Norte, con el aval de Corea del Sur, Japón, China y Rusia.
No obstante, el viceministro surcoreano mostró su cautela ante las perspectivas de la ronda multilateral dada la complejidad del proceso. Japón, EEUU y Corea del Sur compartieron el mismo parecer de exigir al régimen norteño el desmantelamiento completo del programa nuclear, para así evitar forzar a Corea del Norte que se pronuncie sobre el hipotético segundo programa nuclear a base de uranio enriquecido que se suma al de plutonio, origen de las tensiones con EEUU. Los medios surcoreanos habían informado de que existían discrepancias entre Washington y Seúl en cuanto a la separación de los dos planes nucleares.
EEUU considera primordial discutir el presunto desarrollo de uranio enriquecido, mientras que para Corea del Sur es algo secundario, y Corea del Norte niega su existencia. El Gobierno surcoreano dejó claro que el objetivo final de las negociaciones a seis bandas de Pekín no es obtener una suspensión del programa nuclear, sino su desmantelamiento total. El ministro surcoreano de Unificación, Jeong Se Hyun, pidió a EEUU que adopte una postura "flexible" al objeto de alcanzar el éxito en Pekín y poner fin al conflicto surgido a finales de 2002, cuando Pyongyang reconoció haber desarrollado en secreto la energía nuclear en contra de lo convenido con Washington.
En su comparecencia ante el Parlamento surcoreano, el ministro recordó también que Corea del Norte prometió, durante los contactos bilaterales de las dos Coreas hace tres semanas, volcar sus esfuerzos para que la reunión multilateral de sus frutos. El ministro surcoreano destacó la doble función de Corea del Sur como país implicado en la crisis y al mismo tiempo mediador, razón por la cual la política del país está comprometida tanto a persuadir a Pyongyang por los canales bilaterales como a mantener una estrecha cooperación con EEUU.