Estos informes aluden, en concreto, a un plan de cuatro años para probar el iniciador de neutrones, el componente de una bomba nuclear que provoca la explosión. Los datos obtenidos por varios servicios de inteligencia extranjeros, entre ellos de Reino Unido, corresponden a 2007, cuatro años después de que Irán suspendiese supuestamente su programa armamentístico.
Los documentos demuestran el uso de "deuteride de uranio", una fuente de neutrones que carece de aplicación civil y, por tanto, no tendría más interés científico que el de ser utilizado en una bomba. Este material forma parte del arma nuclear de Pakistán, de la que las autoridades iraníes habrían obtenido la idea.
La revelación coincide con la creciente preocupación internacional en torno al programa nuclear iraní, que Teherán defiende como pacífico, alegando que únicamente tiene fines energéticos. Sin embargo, los últimos acontecimientos no contribuyen a extender la tranquilidad entre la comunidad internacional, especialmente desde que, en septiembre, Teherán admitiese la construcción de una instalación secreta para enriquecer uranio en la ciudad de Qom.
Además, la publicación de estos documentos podría incrementar la presión en el seno de Naciones Unidas de cara a una nueva ronda de sanciones contra Irán, especialmente en una semana donde la ONU debatirá la imposición de nuevos castigos.