
L D (EFE) El Ejército israelí asaltó este martes la cárcel de Jericó para apresar a seis dirigentes del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), entre ellos Saadat, encarcelados en ese centro penitenciario.
El comandante, preguntado sobre si ha habido negociaciones con los presos, el comandante contestó que no. "Ha habido un diálogo con las personas que había adentro, en general por los canales habituales, y después de que comprendieran nuestra determinación de ir hasta el final, han decidido rendirse", aseguró.
Los seis dirigentes palestinos "serán juzgados", añadió el militar quien afirmó que entre ellos hay "tres terroristas en toda regla", en alusión a Saadat y dos de sus lugartenientes a los que Israel acusa de haber instigado el asesinato del ministro de Turismo. Desde entonces, Israel ha perseguido a los tres hasta la mismísima "mukata" de Ramala, donde hallaron refugio bajo la tutela del entonces presidente de la ANP, Yaser Arafat. Entre los otros tres se halla Fuad Shubaki, quien organizó, en el 2001, el transporte de un cargamento de armas hacia Gaza, que comandos israelíes interceptaron en el Mar Rojo a bordo del barco Karim A. Gracias a un acuerdo diplomático en 2002, Israel aceptó el traslado de los seis a la cárcel de Jericó pero bajo la supervisión de observadores occidentales.
Respecto a las afirmaciones palestinas acerca de que Israel coordinó el asalto a la prisión con EEUU y Gran Bretaña, el comandante dijo que son infundadas. "No ha habido ninguna coordinación ni con británicos, ni con estadounidenses", aseguró Navé. La ANP y la Liga Árabe han acusado a ambos países de coordinar el asalto a la prisión con Israel, a fin de favorecer la campaña del primer ministro en funciones, Ehud Olmert, a quien sus rivales políticos reprochan su falta experiencia en asuntos militares.
Durante el asalto, el Ejército israelí prohibió la entrada a la ciudad tanto a civiles como periodistas, y desplazó a la zona numerosos contingentes militares y policiales de asalto, así como tanques y helicópteros. Excavadoras militares destruyeron a lo largo del día el muro que rodeaba la prisión y, poco antes de la rendición de los reclusos, el Ejército estudió la posibilidad de bombardear el recinto si los presos no se hubieran rendido de forma pacífica.
Pero el asalto israelí tuvo graves repercusiones en Cisjordania y Gaza, sacudidas ambas por una ola de violencia sin precedentes contra occidentales. Fuentes de la seguridad palestina han confirmado el secuestro de al menos once extranjeros, así como el asalto a sedes diplomáticas y culturales de EEUU, la UE y Gran Bretaña.
La operación israelí comenzó veinte minutos después de la salida de los observadores extranjeros, con un asedio a la prisión que dio lugar a sucesivos tiroteos y bombardeos en los que murieron tres palestinos, entre ellos un preso y un policía de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Otros veinte resultaron heridos. En total han salido de la prisión alrededor de 250 presos y policías palestinos, de los cuales el Ejército ha liberado a 76 por no estar acusados de delitos contra Israel y el resto está siendo interrogado.
Los seis dirigentes palestinos "serán juzgados", añadió el militar quien afirmó que entre ellos hay "tres terroristas en toda regla", en alusión a Saadat y dos de sus lugartenientes a los que Israel acusa de haber instigado el asesinato del ministro de Turismo. Desde entonces, Israel ha perseguido a los tres hasta la mismísima "mukata" de Ramala, donde hallaron refugio bajo la tutela del entonces presidente de la ANP, Yaser Arafat. Entre los otros tres se halla Fuad Shubaki, quien organizó, en el 2001, el transporte de un cargamento de armas hacia Gaza, que comandos israelíes interceptaron en el Mar Rojo a bordo del barco Karim A. Gracias a un acuerdo diplomático en 2002, Israel aceptó el traslado de los seis a la cárcel de Jericó pero bajo la supervisión de observadores occidentales.
La operación israelí fue provocada por la salida de los observadores, que consideraban que su seguridad ya no estaba garantizada por la ANP, y por las recientes declaraciones del presidente palestino, Abú Mazen, y del primer ministro designado, el terrorista de Hamas Ismail Haniye, favorables a una liberación de los seis. Navé explicó que "sencillamente el Ejército esperó la salida de los observadores para intervenir". "Hace algunas semanas –recordó– los mismos palestinos dijeron que pensaban dejarlos en libertad (a los dirigentes del FPLP) y hace unos días, más de una semana, los británicos advirtieron a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de que se irían". "Cuando vimos que salían –concluyo el comandante de la zona– decidimos entrar".
Respecto a las afirmaciones palestinas acerca de que Israel coordinó el asalto a la prisión con EEUU y Gran Bretaña, el comandante dijo que son infundadas. "No ha habido ninguna coordinación ni con británicos, ni con estadounidenses", aseguró Navé. La ANP y la Liga Árabe han acusado a ambos países de coordinar el asalto a la prisión con Israel, a fin de favorecer la campaña del primer ministro en funciones, Ehud Olmert, a quien sus rivales políticos reprochan su falta experiencia en asuntos militares.
Durante el asalto, el Ejército israelí prohibió la entrada a la ciudad tanto a civiles como periodistas, y desplazó a la zona numerosos contingentes militares y policiales de asalto, así como tanques y helicópteros. Excavadoras militares destruyeron a lo largo del día el muro que rodeaba la prisión y, poco antes de la rendición de los reclusos, el Ejército estudió la posibilidad de bombardear el recinto si los presos no se hubieran rendido de forma pacífica.
Pero el asalto israelí tuvo graves repercusiones en Cisjordania y Gaza, sacudidas ambas por una ola de violencia sin precedentes contra occidentales. Fuentes de la seguridad palestina han confirmado el secuestro de al menos once extranjeros, así como el asalto a sedes diplomáticas y culturales de EEUU, la UE y Gran Bretaña.
