L D (EFE) El Gobierno de Washington "quiere ver estabilidad en nuestra zona pero, antes, desea ver si tiene éxito el modelo de Gaza", donde Israel puso fin el lunes pasado a más 38 años de ocupación militar y transfirió el control a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Abás aclaró esta semana, bajo presiones de parte de Israel y Estados Unidos, que desarmar a los terroristas, en particular a la del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás), su principal rival político, podría desencadenar una guerra civil. El presidente de la ANP cree que Hamás depondrá las armas una vez que se integre en la vida política y democrática, y después de participar por primera vez, en enero próximo, en la elección de los representantes de la Cámara Legislativa, el Parlamento palestino.
Allegados del primer ministro israelí, Ariel Sharon, que se entrevistará con Abás a principios de octubre próximo, tal vez el día 2, informaron de que le recomendará la exclusión del proceso electoral de Hamás, que no reconoce al Estado israelí. El ministro de Asuntos Exteriores de Israel indicó asimismo a la emisora que el presidente de EEUU, George W. Bush, no someterá a Sharon a ningún tipo de exigencia –como la de retornar a las negociaciones de paz con los palestinos según la "Hoja de ruta"– antes de experimentar si tuvo éxito o fracasó "el modelo de Gaza".
Sharon afirmó el pasado jueves ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York que tras el desmantelamiento de 25 asentamientos de Gaza y Cisjordania, en agosto, y de la retirada militar de ese primer territorio, "llegó el turno de los palestinos". El primer ministro israelí se refería a que, según la "Hoja de ruta", el plan de paz del Cuarteto de Madrid adoptado por la comunidad internacional, el presidente Abás y sus organismos de seguridad deben "poner fin a la violencia" y desarmar a esas milicias para negociar la paz.