L D (EFE)
La cumbre que los países islámicos celebraron este miércoles en Doha estuvo una vez más marcada por la refriega entre dos estados musulmanes y ni siquiera se ocupó de discutir dos propuestas de países islámicos sobre cómo superar la crisis de Irak. "Las divisiones en el mundo árabe e islámico, las diferencias dentro del Consejo de Seguridad y el continuo despliegue militar en la región no son factores que ayudan a evitar la guerra", reconoció el ministro de Exteriores de Qatar, jeque Ahmed ben Yasem al Thani.
El jefe de la diplomacia qatarí hablaba en calidad de portavoz de la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica, al término de la reunión plenaria y tras la lectura de un comunicado que se quedó en una declaración de buenas intenciones. Los 56 estados miembros de la OCI pidieron en su comunicado final a los estados musulmanes no tomar parte en una guerra contra Irak, pero no condenaron a los que ya albergan a miles de soldados de EEUU listos para invadir Irak, y que son casi todos los del Golfo Pérsico.
Asimismo, el comunicado sugiere que la crisis iraquí se resuelva a través de la ONU y llama a preservar la unidad territorial de Irak y su soberanía, así como la de sus vecinos. Contrariamente a las previsiones, la cumbre no se ocupó ni hizo la menor alusión a las iniciativas planteadas en los últimos días por dos países miembros de la OCI para buscar una salida a la crisis iraquí. Una de ellas era de los Emiratos Árabes Unidos -respaldada discretamente por los estados del Golfo Pérsico- y consistía en el exilio del presidente iraquí, Sadam Husein, y su plana mayor con garantías sobre su vida y el establecimiento de una especie de protectorado internacional sobre Irak. La otra fue presentada ayer en Teherán por el ministro iraní de Exteriores, Kamal Jarrazi, quien proponía un plan de reconciliación nacional entre gobierno y oposición que sería posteriormente sometido a referéndum al pueblo iraquí.
En lugar de discutir estas propuestas, los participantes tuvieron ocasión de distraer su atención con la enésima refriega entre dos estados musulmanes -en este caso Irak y Kuwait- que terminó con el intercambio de gruesas palabras. Mientras un delegado kuwaití llamaba "mentiroso" a Ezat Ibrahim, jefe de la delegación iraquí, éste le espetó: "Cállate enano, eres un agente, un traidor y un mono" . La escena recordaba demasiado a la trifulca protagonizada entre otros dos estados musulmanes hace solo cinco días, en aquel caso entre el dirigente libio, Muamar Gadafi, y el príncipe heredero saudí, Abdulah bin Abdelaziz, en la que el primero calificó a los saudíes de "aliados del diablo" y el segundo le tildó de ignorante y mentiroso.
Los estados musulmanes demostraron este miércoles, como los árabes el pasado sábado en la cumbre de la Liga Árabe, la diversidad de posturas y de ideas en torno a la crisis con Irak. Además, mientras multiplican las llamadas contra la guerra, lo cierto es que muchos de los estados árabes y musulmanes mantienen alianzas estratégicas con Estados Unidos que los convierten en fieles aliados. "Los estados árabes deberían ser francos con sus pueblos con respecto a las bases militares en la región. ¿Por qué solo Qatar se lleva la culpa? Hay bases militares extranjeras en todos los países del Golfo", dijo en la conferencia de prensa en Doha el canciller qatarí. El ministro ponía así el dedo en la llaga, porque no solo los países del Golfo, sino también otros de la región como Jordania o Turquía cuentan con importantes contingentes de tropas de EEUU que podrían entrar en acción en breve.
El jefe de la diplomacia qatarí hablaba en calidad de portavoz de la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica, al término de la reunión plenaria y tras la lectura de un comunicado que se quedó en una declaración de buenas intenciones. Los 56 estados miembros de la OCI pidieron en su comunicado final a los estados musulmanes no tomar parte en una guerra contra Irak, pero no condenaron a los que ya albergan a miles de soldados de EEUU listos para invadir Irak, y que son casi todos los del Golfo Pérsico.
Asimismo, el comunicado sugiere que la crisis iraquí se resuelva a través de la ONU y llama a preservar la unidad territorial de Irak y su soberanía, así como la de sus vecinos. Contrariamente a las previsiones, la cumbre no se ocupó ni hizo la menor alusión a las iniciativas planteadas en los últimos días por dos países miembros de la OCI para buscar una salida a la crisis iraquí. Una de ellas era de los Emiratos Árabes Unidos -respaldada discretamente por los estados del Golfo Pérsico- y consistía en el exilio del presidente iraquí, Sadam Husein, y su plana mayor con garantías sobre su vida y el establecimiento de una especie de protectorado internacional sobre Irak. La otra fue presentada ayer en Teherán por el ministro iraní de Exteriores, Kamal Jarrazi, quien proponía un plan de reconciliación nacional entre gobierno y oposición que sería posteriormente sometido a referéndum al pueblo iraquí.
En lugar de discutir estas propuestas, los participantes tuvieron ocasión de distraer su atención con la enésima refriega entre dos estados musulmanes -en este caso Irak y Kuwait- que terminó con el intercambio de gruesas palabras. Mientras un delegado kuwaití llamaba "mentiroso" a Ezat Ibrahim, jefe de la delegación iraquí, éste le espetó: "Cállate enano, eres un agente, un traidor y un mono" . La escena recordaba demasiado a la trifulca protagonizada entre otros dos estados musulmanes hace solo cinco días, en aquel caso entre el dirigente libio, Muamar Gadafi, y el príncipe heredero saudí, Abdulah bin Abdelaziz, en la que el primero calificó a los saudíes de "aliados del diablo" y el segundo le tildó de ignorante y mentiroso.
Los estados musulmanes demostraron este miércoles, como los árabes el pasado sábado en la cumbre de la Liga Árabe, la diversidad de posturas y de ideas en torno a la crisis con Irak. Además, mientras multiplican las llamadas contra la guerra, lo cierto es que muchos de los estados árabes y musulmanes mantienen alianzas estratégicas con Estados Unidos que los convierten en fieles aliados. "Los estados árabes deberían ser francos con sus pueblos con respecto a las bases militares en la región. ¿Por qué solo Qatar se lleva la culpa? Hay bases militares extranjeras en todos los países del Golfo", dijo en la conferencia de prensa en Doha el canciller qatarí. El ministro ponía así el dedo en la llaga, porque no solo los países del Golfo, sino también otros de la región como Jordania o Turquía cuentan con importantes contingentes de tropas de EEUU que podrían entrar en acción en breve.