
L D (Europa Press) El gobernador de la provincia de Aydin, Mustafá Malay, indicó que los expertos ya han completado la inspección en el lugar del atentado y regresado a Ankara, donde analizarán las pruebas. "Hasta el momento, tenemos dos posibilidades", dijo Malay. "Es posible que el explosivo estuviera programado o que se activara por control remoto", indicó y confirmó así que "no había un suicida", hipótesis que se barajó el sábado.
La bomba estaba colocada debajo de uno de los asientos de la parte trasera del vehículo, que se dirigía a una popular playa y que circulaba por la plaza de la localidad cuando estalló el artefacto. Hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado el ataque. La Policía y personal paramilitar comenzaron a registrar este domingo los vehículos que entraban en las ciudades costeras de Bodrum y Marmaris, mientras que decenas de agentes de policía fueron enviados como refuerzos desde las provincias de Mugla y Ankara. Un funcionario local de Kusadasi dijo que en esta ciudad se habían adoptado medidas similares.
Aunque las sospechas iniciales recayeron en las guerrillas kurdas, el principal de estos grupos negó tener algo que ver con el atentado. Un alto cargo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Zubeyir Aydar, condenó el ataque y el ala militar de este movimiento reiteró en un comunicado publicado en la agencia de noticias Mezopotamya, con sede en Alemania, que no era responsable de la bomba de Kusadasi.
Por otro lado, el Ministerio de Exteriores británico identificó a la compatriota fallecida en el atentado como Helen Bennett, de 21 años, mientras que el Departamento de Asuntos Exteriores en Dublín precisó que la víctima irlandesa es otra joven de 17 años, Tara Whelan. Al menos 12 personas, entre ellas cinco británicos, resultaron heridas en la explosión, que provocó reacciones de condena de los gobiernos español, británico e irlandés, entre otros.
