(Libertad Digital) Tres son ya las semanas que lleva en paradero desconocido el corresponsal de la BBC en Gaza. En este tiempo no se ha reivindicado el secuestro por parte de ningún grupo terrorista y, en consecuencia, tampoco se conoce en qué estado de salud se encuentra. En la franja de Gaza, el secuestro de periodistas es una de la medidas más habituales de los terroristas para acaparar la atención sobre ellos e intentar, así, presionar a la comunidad internacional. Lo que no es tan habitual es que se prologue durante semanas y sin dar noticias, como está ocurriendo en el caso de Alan Johnston. Es el más largo de todos los conocidos.
Por ello y ante la muy posible fatiga de los corresponsales debido a la impunidad de los terroristas en la zona se ha apostado por no acudir a las convocatorias de prensa de las autoridades palestinas. Una huelga que ha afectado de pleno a la presidenta del Congreso, la demócrata Nancy Pelosi, de gira por la región. Los periodistas no han acudido a la reunión del presidente de la ANP Abu Mazen y la de la Cámara de Representantes de EEUU.
También en señal de protesta, centenares de periodistas de medios escritos y audiovisuales firmaron una carta abierta en la que exigen la liberación del corresponsal de la BBC lo más inmediatamente posible y piden que se encuentre en buenas condiciones.
