LD (Agencias)
La presidenta en funciones de Serbia, Natasa Micic, declaró el estado de excepción tras el asesinato del primer ministro serbio, Zoran Djindjic, perpetrado por desconocidos frente al edificio del Gobierno en Belgrado. Dijo que el atentado es un ataque al orden constitucional y “el mayor crimen contra la seguridad y la estabilidad" del país. Recalcó que "este acto criminal es un intento de detener la emprendida lucha contra la delincuencia organizada, la democracia y las reformas en el país, nuestro retorno a la comunidad internacional, y poner en peligro la estabilidad no sólo de nuestro país, sino de toda la región (balcánica)".
Micic anunció que habrá "un ajuste de cuentas decidido de los órganos estatales con la delincuencia organizada". Todos los círculos políticos en el país relacionan el asesinato de Djindjic con las mafias y elementos criminales surgidos en la época del ex presidente Slobodan Milosevic, caído en octubre del 2000. En la ultima década, tanto durante el régimen de Milosevic, como tras la llegada de las autoridades democráticas, se han producido en Serbia una serie de atentados contra personalidades públicas, políticos y policías, que no han sido esclarecido hasta ahora.
Los partidos gubernamentales y de la oposición expresaron su condena y la consternación por el atentado a Djindjic, que calificaron como un "acto terrorista", y un "trágico acontecimiento que puede poner en peligro el funcionamiento del sistema estatal". Para el ex presidente yugoslavo Vojislav Kostunica se trata de un hecho "horrible", y una advertencia de que "la criminalidad ha penetrado en todos los poros de la sociedad".
Micic anunció que habrá "un ajuste de cuentas decidido de los órganos estatales con la delincuencia organizada". Todos los círculos políticos en el país relacionan el asesinato de Djindjic con las mafias y elementos criminales surgidos en la época del ex presidente Slobodan Milosevic, caído en octubre del 2000. En la ultima década, tanto durante el régimen de Milosevic, como tras la llegada de las autoridades democráticas, se han producido en Serbia una serie de atentados contra personalidades públicas, políticos y policías, que no han sido esclarecido hasta ahora.
Los partidos gubernamentales y de la oposición expresaron su condena y la consternación por el atentado a Djindjic, que calificaron como un "acto terrorista", y un "trágico acontecimiento que puede poner en peligro el funcionamiento del sistema estatal". Para el ex presidente yugoslavo Vojislav Kostunica se trata de un hecho "horrible", y una advertencia de que "la criminalidad ha penetrado en todos los poros de la sociedad".