
L D (EFE) Las 9.731 mesas electorales distribuidas por todo el país, a las que hay que unir otras 180 en el extranjero, abrieron a las ocho de la mañana local (06.00) y cerrarán a las diez de la noche (20.00), cuando comenzará el escrutinio de los votos. Según los líderes de la coalición, la participación ha sido altísima y no descartan que superen el millón de votantes en unas urnas abiertas en sedes de los partidos, bares e incluso casas particulares. En los comicios pueden votar todos los italianos mayores de edad, los inmigrantes residentes desde hace más de tres años y los italianos residentes en el extranjero.
Son siete los candidatos que se presentan a las primarias, aunque el ganador más probable es Romano Prodi, de 66 años, de procedencia democristiana, ex presidente de la Comisión Europea y ex presidente del Gobierno italiano con la coalición Olivo. Prodi está apoyado por los Democráticos de Izquierda (DS, ex comunistas) y la coalición centrista Margherita, los dos grupos más importantes de la Unión.
Los otros son Fausto Bertinotti, líder del ortodoxo partido Refundación Comunista (PRC), de 65 años; Antonio Di Pietro, el famoso ex fiscal anticorrupción de la Operación Manos Limpias que propició la desaparición del viejo sistema de poder y actual líder del partido Italia de los Valores; el verde Alfonso Pecoraro Scanio, y el dirigente del minúsculo partido centrista democristiano UDEUR, Clemente Mastella. Los restantes son Simona Panzino, de los grupos anti- globalización, que ha hecho campaña con la cara cubierta con un pasamontañas, y el financiero independiente Ivan Scafarotto.
Todos los líderes de la Unión expresaron su satisfacción por esta jornada "histórica" excepto Mastella, que denunció la falta de papeletas en las zonas donde su partido está mejor implantado, asegurando que era un boicot hacia él y para favorecer a Prodi. El político también ha anunciado que desde este domingo el partido se sale de la Unión y que pasará a apoyarle externamente. Mastella ha prestado su apoyo en distintas legislaturas tanto al centro izquierda como al centro derecha.
Son siete los candidatos que se presentan a las primarias, aunque el ganador más probable es Romano Prodi, de 66 años, de procedencia democristiana, ex presidente de la Comisión Europea y ex presidente del Gobierno italiano con la coalición Olivo. Prodi está apoyado por los Democráticos de Izquierda (DS, ex comunistas) y la coalición centrista Margherita, los dos grupos más importantes de la Unión.
Los otros son Fausto Bertinotti, líder del ortodoxo partido Refundación Comunista (PRC), de 65 años; Antonio Di Pietro, el famoso ex fiscal anticorrupción de la Operación Manos Limpias que propició la desaparición del viejo sistema de poder y actual líder del partido Italia de los Valores; el verde Alfonso Pecoraro Scanio, y el dirigente del minúsculo partido centrista democristiano UDEUR, Clemente Mastella. Los restantes son Simona Panzino, de los grupos anti- globalización, que ha hecho campaña con la cara cubierta con un pasamontañas, y el financiero independiente Ivan Scafarotto.
Todos los líderes de la Unión expresaron su satisfacción por esta jornada "histórica" excepto Mastella, que denunció la falta de papeletas en las zonas donde su partido está mejor implantado, asegurando que era un boicot hacia él y para favorecer a Prodi. El político también ha anunciado que desde este domingo el partido se sale de la Unión y que pasará a apoyarle externamente. Mastella ha prestado su apoyo en distintas legislaturas tanto al centro izquierda como al centro derecha.
Prodi y los otros líderes prefirieron no entrar en la polémica y insistieron en que lo importante este domingo es la participación ciudadana. Una alta participación es considerada como "la respuesta fuerte y clara" de los ciudadanos contra las pretensiones del centro derecha en materia electoral y la "advertencia" de que su tiempo de gobierno se ha acabado.
Prodi busca el máximo apoyo
El resultado de las primarias también servirá para medir las fuerzas dentro de la Unión. Una amplia victoria de Prodi le reforzará como el líder indiscutible del centro izquierda, le dará una fuerte libertad de movimiento a la hora de preparar el programa electoral y evitará que la Unión se escore demasiado hacia la izquierda, algo que ocurriría si el comunista Bertinotti obtuviera un amplio apoyo.
