
LD (Agencias) Las organizaciones del municipio boliviano de El Alto han aliviado el férreo bloqueo de carreteras para permitir que los habitantes adquieran comestibles y gas doméstico. En La Paz, mientras tanto, la ciudad continúa con calles desiertas por la huelga en el transporte público y la falta de combustible. Unas cincuenta personas han sido detenidas y otras trece han resultado heridas en una nueva jornada de enfrentamientos entre policías y campesinos que exigen la nacionalización de la industria de hidrocarburos y la convocatoria a una Asamblea Constituyente
Desde las históricas poblaciones mineras de Potosí y Oruro, cientos de camiones y autobuses que transportan a miles de mineros viajan hacia Sucre, capital administrativa que este jueves acoge una sesión del Congreso en la que se analizará la renuncia de Mesa. Los manifestantes exigirán a los legisladores que convoquen a elecciones anticipadas. Distintas fuentes procedentes de los grupos convocantes, conocidos por su radicalidad debido al uso que hacen de cargas de dinamita durante las marchas, han anunciado que se pueden concentrar en Sucre entre 1.500 y 5.000 mineros.
Según informan medios de comunicación locales, la jornada de este miércoles fue una de las más tranquilas de las últimas semanas en Bolivia, pese a que tres campos petroleros y un pequeño pozo explotados por Repsol YPF tuvieron que parar las actividades en el departamento de Santa Cruz, tras ser ocupados por los campesinos. Esas instalaciones se suman a otros tres recintos administrados por una filial de la petrolera británica British Petroleum, también sin trabajar por las protestas populares.
Sesión clave en Sucre
En medio de la crisis política y social, el aún presidente boliviano Carlos Mesa ha pedido a la ONU, Argentina y Brasil que envíen observadores ante la gravedad de la situación. En una carta, el mandatario señala que "Bolivia atraviesa una de las coyunturas más críticas de su historia republicana".
Mientras tanto, los congresistas comenzaron a llegar a Sucre procedentes de los nueve departamentos bolivianos, al tiempo que las fuerzas del orden ultimaban las medidas de seguridad para garantizar el normal desarrollo de las labores legislativas. El subcomandante de la Policía Nacional, Héctor Frías, informó de que se han incrementado el número de efectivos y se ha dispuesto "un dispositivo de seguridad especial". En las aún tranquilas calles de la capital constitucional de la República, con alrededor de 150.000 habitantes y situada a 579 kilómetros al sudeste de La Paz, empezó a gravitar la incertidumbre que desde hace casi un mes azota al país por las protestas sociales contra las autoridades.
Sucre fue escogida el martes por el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, como sede de la sesión parlamentaria que debe debatir la renuncia presentada un día antes por el presidente boliviano, Carlos Mesa. De ser aceptada la dimisión, Vaca Díez, que también preside el Senado, encabeza la lista de aspirantes a la sucesión presidencial, por delante de los presidentes de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, y de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez, el único de los tres con potestad para adelantar los comicios.
