
L D (Agencias) "Yo soy la misma persona que antes; no ha habido cambios en mí", dijo Musharraf, en declaraciones recogidas por el canal de televisión Geo TV, en el palacio presidencial ante un selecto auditorio.
"Las críticas no son mi problema; el asunto es ahora cómo tendrá lugar la transición democrática en el país", añadió.
El presidente que declaró el paso 3 de noviembre el estado de excepción en Pakistán se mostró así orgulloso de haber "intentado traer una democracia real a Pakistán".
"El único camino para lograrlo es dar el poder a la gente; lo hicimos, y las mujeres tienen más poder que nunca", declaró.
Según Musharraf, la "próxima fase" de la transición a la democracia habría comenzado en un plazo de dos o tres meses a partir de marzo, pero el proceso "descarriló".
Musharraf se refería a la polémica librada con el ex presidente del Tribunal Supremo Iftikhar Chaudhry a quien intentó destituir en marzo con la acusación de abuso de poder y conducta inapropiada.
Chaudhry se había significado como una de las voces más críticas hacia el general Musharraf. En consecuencia, la destitución del magistrado fue interpretado como una purga del general lo que movilizó a miles de jueces y abogados, además de otros miembros de la sociedad civil a salir a las calles a protestar por la decisión de Musharraf.
Finalmente, Iftikhar Chaudhry logró conservar el cargo tras presentar un recurso en el Tribunal.
"Había muchas acusaciones serias contra el jefe del Tribunal, el primer ministro me envió la recusación y yo la hice llegar al Consejo Judicial Supremo (...) Nadie está sobre la ley, también el presidente es responsable ante la nación", aseguró.
En cualquier caso y después de recuperar el cargo el Tribunal Supremo estaba pendiente de dar un veredicto sobre la validez de la candidatura de Musharraf a las elecciones presidenciales, después de haberse presentado sin abandonar la jefatura de las FFAA. La coincidencia en el tiempo entre la sentencia judicial y la declaración del estado de excepción ha sido interpretado dentro y fuera de Pakistán como un intento desesperado del general para mantenerse en el poder.
"El poder ejecutivo estaba siendo paralizado por el activismo del Tribunal de apelación, así que con estas circunstancias, hubo que imponer el estado de excepción", declaró el presidente.
Con un Tribunal Supremo, en parte renovado por sus acólitos, Musharraf aguarda ahora el veredicto sobre su candidatura, y, da por hecho que el fallo será favorable a sus intereses y aseguró que cuando éste llegue jurará el cargo presidencial.
Además, Musharraf dijo que abandonará su cargo al frente del Ejército, una de las reivindicaciones de la oposición.
Musharraf ordenó hoy una enmienda de los términos del estado de excepción para asegurarse de que una vez que abanadone el Ejército puede declarar el fin del período excepcional, una prerrogativa reservada hasta ahora al jefe de las Fuerzas Armadas.
