LD (Agencias) Poco antes de reunirse en el Hotel Ritz de Madrid con el líder nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, el dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, fue abordado por un grupo de periodistas que le interrogaron por la anulación de la visita prevista al Congreso de los Diputados. "No tengo nada que declarar al respecto", contestó. Ante la insistencia de los profesionales, el dictador negó que se había molestado y achacó la decisión a problemas internos de España.
Minutos antes, tras realizar su ofrenda floral a las víctimas del 11-M en el Bosque de los Ausentes, en el parque del Retiro, Obiang Nguema escuchó que cinco opositores ecuatoguineanos del Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko (MAIB), así como un ciudadano español que les acompañaba, le llamaban a gritos "asesino". Inmediatamente, los miembros del servicio de seguridad se acercaron a los manifestantes aunque finalmente fueron elementos de la Policía Nacional los que les tomaron datos de sus documentos de identificación.
El acto se desarrolló en medio de un amplio dispositivo de seguridad, con numerosos policías nacionales, tanto de uniforme como de paisano. Estas cinco fueron las únicas personas que se manifestaron contra Obiang durante la ofrenda del Parque del Retiro. El secretario general del MAIB, Honorato Maho dijo a reporteros que esperaba que "esos datos no vayan a parar a estos matones".
En tanto, el coordinador general de Demócratas por el Cambio (DECAM), Malela Idjabe, se felicitó por la suspensión de la visita al Congreso y advirtió de que la oposición "no permanecerá de brazos cruzados" durante la visita del "dictador" a España. Dijo que comprende que el Gobierno español quiera defender los intereses de las empresas españolas pero remarcó que "la concesión de licencias de petróleo para Repsol no pasa necesariamente por conculcar los derechos humanos en Guinea".
