
LD (EFE)
Según Pátrushev, el jefe terrorista fue abatido con varios de sus hombres en el territorio de la república Ingush cuando preparaban un atentado para ensombrecer la cumbre del Grupo de los Ocho países más industrializados que se inaugura la próxima semana en San Petersburgo.
"Este es el castigo que los bandidos merecieron por nuestros niños en Beslán, en Budiónovsk, por todos los actos terroristas que perpetraron en Moscú y otras regiones de Rusia, incluidas la república Ingush y Chechenia", dijo Putin tras recibir el informe. Pátrushev explicó al jefe del Kremlin que los servicios secretos dieron con la pista de Basáyev gracias al trabajo realizado "en países donde se reunían armas" para el terrorismo chechenio.
Sin muestras de euforia, como se pudo apreciar en la imágenes difundidas por la televisión, Putin pidió felicitar a todos los participantes en la operación, pero al mismo tiempo advirtió de que "la amenaza terrorista sigue siendo muy grande" y que, por tanto, no se puede bajar la guardia.
El viceprimer ministro de la república Ingush, Bashir Aushev dijo que Basáyev murió en la madrugada de este lunes en la localidad de Ekáyevo durante una operación "minuciosamente planeada".
"Hubo una gran explosión y todos los que estaban cerca quedaron destrozados", dijo Aushev, quien señaló que el líder terrorista fue identificado por los restos de su cabeza y la prótesis de su pierna derecha, que perdió en combate a comienzo de 2000. En la mañana del lunes, un portavoz policial Ingush había informado de que al menos cuatro guerrilleros habían muerto al producirse "una explosión espontánea" de un camión cargado con explosivos en Ekáyevo.
"Lo más probable es que Basáyev haya muerto casualmente, y no como resultado de una operación de los servicios secretos", opinó la conocida periodista rusa Yulia Latínina en declaraciones a la radio Eco de Moscú.
El centro de prensa del FSB informó de que además de Basáyev "fueron liquidados otros doce terroristas". "La aniquilación de Basáyev es un durísimo golpe para los terroristas y a partir de ahora ya no se puede hablar de ninguna resistencia organizada", opinó el experto militar Alexandr Jramchijin.
Tras la muerte el 8 de marzo de 2005 de Aslán Masjádov, el líder de los terroristas chechenos, en una operación de los servicios de seguridad rusos, Basáyev se convirtió de hecho en el jefe principal de los terroristas secesionistas islámicos.
Basáyev saltó a la primeras planas de los periódicos en junio de 1995, cuando al frente de un comando chechén asaltó el hospital de la ciudad rusa de Budiónovsk y tomó a más de un millar de rehenes, en una acción que causó 129 muertos y 415 heridos.
Desde entonces su nombre ha estado vinculado a todos los ataques chechenes, incluidos las tomas de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú y la escuela número uno de Beslán, ciudad de la república norcaucásica de Osetia de Norte, que se cobraron centenares de muertos.
El 24 agosto de 2004, por orden de Basáyev, dos mujeres suicidas dinamitaron de manera casi simultánea dos aviones de pasajeros rusos en vuelo, ataques que se cobraron noventa muertos.
El Kremlin había puesto precio por la cabeza de Basáyev: diez millones de dólares por toda información que permitiese capturarle vivo o muerto.
"Este es el castigo que los bandidos merecieron por nuestros niños en Beslán, en Budiónovsk, por todos los actos terroristas que perpetraron en Moscú y otras regiones de Rusia, incluidas la república Ingush y Chechenia", dijo Putin tras recibir el informe. Pátrushev explicó al jefe del Kremlin que los servicios secretos dieron con la pista de Basáyev gracias al trabajo realizado "en países donde se reunían armas" para el terrorismo chechenio.
Sin muestras de euforia, como se pudo apreciar en la imágenes difundidas por la televisión, Putin pidió felicitar a todos los participantes en la operación, pero al mismo tiempo advirtió de que "la amenaza terrorista sigue siendo muy grande" y que, por tanto, no se puede bajar la guardia.
El viceprimer ministro de la república Ingush, Bashir Aushev dijo que Basáyev murió en la madrugada de este lunes en la localidad de Ekáyevo durante una operación "minuciosamente planeada".
"Hubo una gran explosión y todos los que estaban cerca quedaron destrozados", dijo Aushev, quien señaló que el líder terrorista fue identificado por los restos de su cabeza y la prótesis de su pierna derecha, que perdió en combate a comienzo de 2000. En la mañana del lunes, un portavoz policial Ingush había informado de que al menos cuatro guerrilleros habían muerto al producirse "una explosión espontánea" de un camión cargado con explosivos en Ekáyevo.
"Lo más probable es que Basáyev haya muerto casualmente, y no como resultado de una operación de los servicios secretos", opinó la conocida periodista rusa Yulia Latínina en declaraciones a la radio Eco de Moscú.
El centro de prensa del FSB informó de que además de Basáyev "fueron liquidados otros doce terroristas". "La aniquilación de Basáyev es un durísimo golpe para los terroristas y a partir de ahora ya no se puede hablar de ninguna resistencia organizada", opinó el experto militar Alexandr Jramchijin.
Líder terrorista desde marzo de 2005
Basáyev saltó a la primeras planas de los periódicos en junio de 1995, cuando al frente de un comando chechén asaltó el hospital de la ciudad rusa de Budiónovsk y tomó a más de un millar de rehenes, en una acción que causó 129 muertos y 415 heridos.
Desde entonces su nombre ha estado vinculado a todos los ataques chechenes, incluidos las tomas de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú y la escuela número uno de Beslán, ciudad de la república norcaucásica de Osetia de Norte, que se cobraron centenares de muertos.
El 24 agosto de 2004, por orden de Basáyev, dos mujeres suicidas dinamitaron de manera casi simultánea dos aviones de pasajeros rusos en vuelo, ataques que se cobraron noventa muertos.
El Kremlin había puesto precio por la cabeza de Basáyev: diez millones de dólares por toda información que permitiese capturarle vivo o muerto.
