L D (EFE)
Ya en 1992 fue candidato a la Presidencia de la entonces recién nacida República Federal de Yugoslavia (RFY), formada por Serbia y Montenegro tras la secesión de bosnios, eslovenos, croatas y macedonios del anterior Estado federal. Al frente de la RFY estuvieron los serbios Dobrica Cosic, Zoran Lilic, Slobodan Milosevic y Vojislav Kostunica. Para este independentista moderado, el nuevo Estado heredero de la RFY proclamado el pasado 4 de febrero es una "victoria de la razón" y un "éxito del compromiso". Marovic señaló que "Montenegro y Serbia han encontrado la medida de sus necesidades e intereses para un progreso más rápido (...) Por eso hay que darle una oportunidad al nuevo Estado".
Hace pocos meses, decía que si era elegido presidente actuaría como una "persona que cree que con el compromiso y la responsabilidad pueden solucionarse todas las cuestiones, incluso las más complejas" y que se esforzaría por "afirmar el espíritu de confianza mutua y la proximidad entre Montenegro y Serbia". Marovic siempre ha destacado la cercanía entre serbios y montenegrinos, que comparten idioma, tramos de cultura e Historia, y respetan al mismo Patriarca cristiano ortodoxo. El primer Estado sudeslavo del que formaron parte, el "Reino de los Serbios, los Croatas y los Eslovenos", daba a los montenegrinos por incluidos entre los serbios.
Entró en política como dirigente de las juventudes comunistas montenegrinas y fue crítico con el hermetismo de la vieja guardia fiel a Tito. A comienzos de la década pasada, se acercó a Djukanovic y Momir Bulatovic, que representaban una nueva línea comunista "reformista". De 1994 al 2001, fue presidente del Parlamento montenegrino y desde entonces, jefe del comité de Relaciones Exteriores. Aunque muy próximo a Djukanovic, nunca ha sido considerado un gran partidario de la independencia de Montenegro. La prensa conjeturó con sus crecientes discrepancias con Djukanovic por su inflexibilidad, pero Marovic las negó. Incluso algunos opositores montenegrinos proserbios lo percibieron como una "opción razonable dentro del DPS".
Hace pocos meses, decía que si era elegido presidente actuaría como una "persona que cree que con el compromiso y la responsabilidad pueden solucionarse todas las cuestiones, incluso las más complejas" y que se esforzaría por "afirmar el espíritu de confianza mutua y la proximidad entre Montenegro y Serbia". Marovic siempre ha destacado la cercanía entre serbios y montenegrinos, que comparten idioma, tramos de cultura e Historia, y respetan al mismo Patriarca cristiano ortodoxo. El primer Estado sudeslavo del que formaron parte, el "Reino de los Serbios, los Croatas y los Eslovenos", daba a los montenegrinos por incluidos entre los serbios.
Entró en política como dirigente de las juventudes comunistas montenegrinas y fue crítico con el hermetismo de la vieja guardia fiel a Tito. A comienzos de la década pasada, se acercó a Djukanovic y Momir Bulatovic, que representaban una nueva línea comunista "reformista". De 1994 al 2001, fue presidente del Parlamento montenegrino y desde entonces, jefe del comité de Relaciones Exteriores. Aunque muy próximo a Djukanovic, nunca ha sido considerado un gran partidario de la independencia de Montenegro. La prensa conjeturó con sus crecientes discrepancias con Djukanovic por su inflexibilidad, pero Marovic las negó. Incluso algunos opositores montenegrinos proserbios lo percibieron como una "opción razonable dentro del DPS".
