
El Partido Popular ha encontrado un filón en Donald Trump para arrebatar voto rural a Vox, uno de sus caladeros electorales. Alberto Núñez Feijóo arrancó el curso escolar haciendo guiños a la izquierda al acudir al Congreso de UGT y apostar por las propuestas sociales pero con la llegada de 2025 ha dado un giro en su estrategia y el partido apuesta, ahora, por el sector rural, con críticas a los aranceles y al Pacto Verde europeo.
Empujado por las encuestas que recogían un ascenso de Abascal de hasta el 15% de apoyos, por la renuncia de los populares a dirigirse a su flanco derecho, Feijóo empezó respondiendo a los ataques de Vox, cuya intención siempre es provocar al PP para ganar foco mediático. De la mera reacción crítica, los populares han pasado a la embestida directa para intentar atraer a parte de los votantes de Vox, especialmente en sectores clave como el campo o el Ejército.
Para conseguirlo, la baza de Trump es clave, dada la cercanía de Abascal al presidente norteamericano, que podía parecer una ventaja hace meses pero que se ha convertido en una rémora. En plena batalla de EEUU contra Europa por la imposición de aranceles, la connivencia de Vox perjudica sus intereses en España, a los que ha superpuesto sus alianzas internacionales para seguir presidiendo Patriots, el grupo europeo creado por el húngaro Viktor Orban.
Aprovechando esta coyuntura, Feijóo ha incorporado ya de manera habitual a sus discursos las referencias a Vox, incluso en sede parlamentaria. Realiza críticas cada vez más duras a Abascal en la tribuna de oradores del Congreso, en intervenciones públicas o en ruedas de prensa, cuando hace apenas unos meses eludía por completo nombrarle. La última vez, esta misma semana, cuando el líder del PP cuestionó, incluso, los intereses que llevan a Vox a no criticar a Trump, sembrando dudas sobre los motivos que le hacen adoptar esta postura.
La crítica del PP irá a más
Fuentes del PP trasladan que será cada vez más frecuente escuchar a los dirigentes del partido confrontar con Vox. En un principio la respuesta partiría de portavoces secundarios pero, dada la importancia de los temas a tratar, está siendo Feijóo el que da respuesta a Abascal. El objetivo es lograr la fuerza suficiente para no depender de Vox en un futuro, especialmente tras los vaivenes dados por el partido en los gobiernos autonómicos, de los que decidieron salirse sólo un año después.
Ante el nuevo orden mundial impuesto por Trump, Abascal optó por atacar a PP y PSOE en su primera reacción al paquete arancelario del presidente estadounidense, al que ni siquiera nombró, como tampoco hicieron el resto de dirigentes del partido que se pronunciaron sobre estas medidas, lo que evidencia una estrategia política que podría resumirse en "soplar y sorber al mismo tiempo". Es decir, intentan evitar perder apoyo de los agricultores y ganaderos sin incomodar a sus aliados internacionales, algo en lo que no ha caído ni siquiera la primera ministra italiana, Georgia Meloni.
Sin embargo, las encuestas internas del PP recogen desde hace semanas una caída de Vox, que ronda ya el resultado del 23-J, cuando obtuvo el 13% de apoyos. Un porcentaje que se traduce en más escaños, alrededor de 40, por la caída también de Sumar, su competidor directo en provincias pequeñas donde se se disputan el tercer escaño. La debilidad de Yolanda Díaz favorece que, con el mismo resultado de hace dos años, los de Abascal puedan sumar más diputados. El objetivo del PP es reducir todavía más ese resultado para gobernar en solitario.