José Antonio Monago admite que la situación no es fácil en Extremadura y que la herencia recibida le obliga a trabajar de cara al día siguiente. Sin embargo, con su ambicioso Plan de Austeridad ya efectivo en los Presupuesto de la comunidad, asegura que "se puede llegar a cumplir" el objetivo del 1,3 por ciento del déficit, marcado por el Ejecutivo central.
Pero, lo primero asegura, es decir la verdad de las cuentas. De cómo dejó el Ejecutivo de Guillermo Fernández Vara las arcas. Y casi tres meses después de las elecciones, ya hay cifras tan oficiales como demoledoras: una deuda de más de 2.000 millones de euros a bancos y 600 millones a proveedores, pese a que la reconocida era de tan sólo 1.700 millones.
En contexto la cifra es aún más dramática, explica el equipo del presidente extremeño: Fernández Vara cogió las riendas del Gobierno en 2007 con 700 millones de euros de deuda, por lo que la multiplicó hasta los 2.600 en apenas cuatro años. Un récord al que sumar el dato de parados, en escalada mes tras mes: de los 60.000 se pasó en mayo de 2011 a los 120.000.
Con todo, a treinta de junio, el déficit de la región era del 2,7% (el doble de lo permitido por el Estado), si bien el aparato económico de Monago advierte de que si se hubiera seguido gastando lo comprometido, al final del presidente año, habría ascendido hasta el 6,8%.
Frente a unas arcas con un agujero sin fondo, Monago ya ha puesto en marcha el mayor ajuste de la historia de la comunidad y cuyo desglose deja en evidencia partidas sospechosas por parte del anterior Ejecutivo, que, por ejemplo, tenía secretarías con rango de direcciones generales como "Extremadura en el mundo" o "Coordinación de asuntos africanos".
Un plan que se divide en dos grandes bloques: un decálogo de austeridad y un radicial plan de ahorro:
DECÁLOGO DE AUSTERIDAD
MEDIDAS DE AHORRO
Un compromiso de apretarse el cinturón, a través de medidas concretas, y eso que el Gobierno todavía está auditando todo el sector público, convertido en una maraña de empresas en las que, auguran, habrá que meter la tijera. De ésa revisión de cuentas Monago sólo da un patrón de cómo andan las cosas: el director de la Orquesta de Extremadura ganaba 180.000 euros al año, lo que supone casi el triple del sueldo destinado al presidente.
Supresión de documentos oficiales, cuentas desvirtuadas, atenciones primarias (como la Seguridad Social) sin ser atendidas... pero, pese a todo, el nuevo presidente considera que pueden salir adelante. Y eso que, para rematar, Izquierda Unida es su aliado de Gobierno. Se compromete a no aceptar chantajes y recuerda que él ya apostó por el Impuesto de Patrimonios, a favor de todas las comunidades, en plena campaña electoral.