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Una testigo pasó en dos semanas de falsa víctima a pieza clave en el 11-M

Otro testigo protegidos en el 11-M, una ciudadana rumana, tardó un año en denunciar a Zougam, justo después de que fuera descartada como víctima.

La sentencia contra Jamal Zougam, único condenado como autor material del 11-M, sigue quedando en evidencia después de que el diario El Mundo cuente este martes más novedades sobre el tema.

En este sentido, habla de la testigo protegido denominada J-70, clave para inculpar a Zougam por el 11-M. Sin embargo, el 24 de enero de 2005 el tribunal de Interior desestimó por segunda vez su solicitud de ser considerada víctima e incluso descartó que fuera en los trenes de los atentados.

Pero todo cambio apenas dos semanas después. El 7 de febrero de 2005 acudió a la Audiencia Nacional, casi un año después de los atentados, donde dijo que podía identificar a Zougam. Justo en ese momento se convirtió en testigo protegido y fue declarada víctima de los atentados y cobró una indemnización de 48.000 euros. En dos semanas pasó de ser falsa víctima a pieza básica del juicio.

Es decir, la testigo J-70 resultó ser determinante para condenar a Zougam aunque denunció haberle visto en los trenes casi un año después de los atentados. Y lo hizo curiosamente quince días después de que, el 24 de enero, Interior le rechazase como víctima del 11-M y le retirase el derecho a cobrar una indemnización y a obtener papeles en España.

Los técnicos del Ministerio la examinaron dos veces y ni siquiera la creyeron cuando dijo que iba en los trenes, algo que luego se ocultó más tarde al sumario y que la defensa desconocía durante el juicio. El argumento de que no fuera en los trenes se debía a que no aparecía en la relación de personas que habían sido atendidas en los hospitales de la Comunidad de Madrid.

Una vez que la rechazaron como víctima acudió a la Audiencia Nacional y reconoció a Zougam. Inmediatamente la incluyeron como víctima de los atentados y cobrando 48.000 euros que invirtió en construirse una casa en la localidad rumana de Jibou.

De este modo, la tardanza de J-70 en declarar contra Zougam es difícilmente explicable puesto que su amiga, la también testigo protegido C-65, compareció muchos meses antes. Por ello, la declaración de esta rumana fue clave ya que corroboró la versión dada por C-65. Ahora dice por qué tardó tanto en declarar: "no lo dije antes porque tenía mucho miedo".

Finalmente, la declaración de tres rumanos fue la clave para condenar a Zouga. Los tres lo acusaron después de que su fotografía hubiese sido difundida por la Policía. Ninguno tenía papeles para residir legalmente en España, vivían en el mismo barrio de Alcalá de Henares y compartían el mismo círculo de amistades. Además, J-70 ha declarado que después de que fuese rechazada por segunda vez como víctima que acudió junto con su amiga C-65 a pedir ayuda a la asociación de Pilar Manjón porque si no obtenía los papeles no se le permitiría la entrada a España a su hija hasta que Rumanía no ingresase en la UE.

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