El Instituto Nóos dirigido por Urdangarín y su socio Diego Torres llegó a recibir un total de 750.000 euros de la SGAE a cambio de algunos estudios. Por uno de ellos, el duque de Palma cobró 300.000 euros. Un informe de apenas 24 folios y que estaba plagado de obviedades.
Según informa El Mundo, cada página no tenía más de doce líneas y el objetivo del informe por el que Teddy Bautista contrató a Nóos era "diseñar la nueva estrategia de patrocinio, mecenazgo y acción social de la Sociedad General de Autores". Sin embargo, tal y como reconoció el expresidente de la sociedad, el fin de esta relación era "estrechar lazos con la Familia Real".
Este informe despacha en apenas diez líneas el "análisis de mercado" y la estrategia que marca pasa por decir que "el contexto actual viene marcado por la irrupción de la piratería", que además añade que "en nuestra sociedad hay escaso conocimiento sobre cómo funcionan los derechos de autor y su papel en el desarrollo de la cultura".
Pero lo que más llama la atención es la conclusión a la que llegan y por lo que cobraron 300.000 euros. Una obviedad tal como esta: "las campañas contra la piratería, si bien necesarias y efectivas, tienen el efecto secundario de crear una imagen pública, antipática, autoritaria y poco cercana".
Otra de estas peregrinas conclusiones es que "una rápida investigación secundaria en medios muestran que hay un segmento de la población, tal vez pequeño aunque ruidoso, de detractores de la SGAE".
Por ello, Urdangarín y Torres proponían en este millonario informe "contribuir a mejorar la imagen pública entre el público en general", lo que denominan como "legitimidad".
Tras seguir con distintas vaguedades más a lo largo de esta veintena de folios llega la gran propuesta de Nóos: poner en marcha una gran cumbre como las que en esos momentos ya había organizado en las comunidades valenciana y balear.