Oficialmente, nadie quiso confirmar el nombramiento de Federico Trillo como embajador de España en Estados Unidos. Más al contrario, tanto en Moncloa como principalmente en el ministerio de Exteriores se dejó entrever un creciente malestar por la filtración, que se convirtió en el tema recurrente de los círculos políticos.
Presidencia rehusó hacer ninguna valoración, ni a favor ni en contra. Pero las fuentes consultadas confirmaron que "no ha sentado bien" que el fichaje corriera como la pólvora en agencias y medios de comunicación. Como era previsible, Mariano Rajoy no se pronunció, habida cuenta de que no tenía ninguna comparecencia pública en la agenda, informa Pablo Montesinos.
El más molesto fue el ministro García-Margallo, que vio como su anuncio de despolitizar las embajadas quedaba en entredicho: "No está resuelto", recalcó sobre Trillo. Y utilizó para ilustrar la situación una anécdota, Franco de por medio: "Usted sabe que el general Franco tenía una próstata extraordinariamente resistente y un general que no la tenía tanto se metió en el río con él y le preguntó: 'Mi general, he oído que yo podía ser ministro' y Franco le contestó -'Pues yo no he oído nada'".
Dicho lo cual, lo cierto es que la operación estaba casi cerrada. La conversación entre Rajoy y Trillo, y de la que dio cuenta este diario, se produjo, y tras ello el exministro se fue a perfeccionar su inglés a Londres para entrar con buen pie en Washington. Un extremo que ahora, oficialmente, se pone en cuarentena, pese a que "se espera resolver en los próximos días".
Las únicas palabras pronunciadas por Trillo las publica el diario regional Levante: "Sería un honor asumir la embajada", destaca, aunque a su vez matiza que "estoy dispuesto a cualquier servicio que me encomiende en el PP". Pese a la polémica, en Génova insisten en recordar que "el presidente le debe mucho", como pone en evidencia la hemeroteca.
