L D (EFE)
De esta manera, la fiscal Olga Sánchez pide en total cuarenta años de prisión para Muñoa por el secuestro y asesinato de Blanco, pero deja al tribunal la posibilidad de que, si no lo considera cooperador en la muerte, le imponga alternativamente la pena de tres años de cárcel por el encubrimiento de este delito. Además, la fiscal ratificó el pedido hecho en las conclusiones provisionales para que Muñoa, concejal de la localidad guipuzcoana de Eibar, sea condenado a indemnizar en 450.000 euros a los padres del concejal, asesinado el 12 de julio de 1997, 48 horas después de haber sido secuestrado.
Por su parte, el representante de la acusación popular amplió en 30 años su pedido, ya que ahora también acusa a Muñoa del delito de cooperación necesaria en asesinato terrorista. La letrada de Muñoa solicitó la suspensión del ejercicio de la defensa de su patrocinado para estudiar las alteraciones que se han realizado en las acusaciones, aplazamiento que fue concedido por el tribunal que citó a las partes para el próximo 6 de octubre a las 10 horas.
En la sesión de este martes, la cuarta desde el inicio del juicio, comparecieron dos peritos balísticos de la Policía Nacional que confirmaron que el arma con la que se mató a Blanco, una pistola semi-automática calibre 22, es la misma que fue utilizada por los miembros del "Donosti" en el atentado frustrado contra el funcionario de prisiones Juan José Baeza, cometido en Rentería (Guipúzcoa) en abril de 1997. También comparecieron los médicos forenses que realizaron la autopsia al cadáver del Miguel Angel Blanco, quienes aseguraron que, aunque al concejal se le hubiese dado de inmediato asistencia médica, "igual habría muerto" por la gravedad de las heridas.
Los últimos informes recibidos fueron el de los dos miembros de la Policía del País Vasco y el de los dos investigadores judiciales que realizaron el peritaje de las huellas de unos neumáticos encontradas en el lugar donde apareció Blanco. Ese mismo automóvil había sido utilizado al parecer, en octubre de 1997, como coche-bomba en un atentado en San Sebastián contra un vehículo de la Guardia Civil y en el que cuatro agentes resultaron heridos.
Este coche llevaba placas de matrícula falsificadas que, según se comprobó después, fueron confeccionadas por Muñoa -quien ya ha sido condenado a diez años de prisión por pertenencia a banda armada y falsificación- cuando los miembros del "Donosti" se encontraban en su domicilio.
Según la fiscal, los integrantes del "Donosti" Irantzu Gallastegi, "Amaia", y Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", se alojaron desde fines de junio de 1997 en la vivienda de Muñoa, y éste conocía la relación de ambos con ETA, ya que le anunciaron su intención de secuestrar a un concejal del PP. El 10 de julio, Blanco acudió en tren a su puesto de trabajo y, al salir del apeadero de Eibar, fue abordado por Gallastegi, quien le llevó a un coche en el que se encontraban los otros miembros del "comando" y de allí le condujeron "hasta un lugar que no se ha podido identificar".
Por su parte, el representante de la acusación popular amplió en 30 años su pedido, ya que ahora también acusa a Muñoa del delito de cooperación necesaria en asesinato terrorista. La letrada de Muñoa solicitó la suspensión del ejercicio de la defensa de su patrocinado para estudiar las alteraciones que se han realizado en las acusaciones, aplazamiento que fue concedido por el tribunal que citó a las partes para el próximo 6 de octubre a las 10 horas.
En la sesión de este martes, la cuarta desde el inicio del juicio, comparecieron dos peritos balísticos de la Policía Nacional que confirmaron que el arma con la que se mató a Blanco, una pistola semi-automática calibre 22, es la misma que fue utilizada por los miembros del "Donosti" en el atentado frustrado contra el funcionario de prisiones Juan José Baeza, cometido en Rentería (Guipúzcoa) en abril de 1997. También comparecieron los médicos forenses que realizaron la autopsia al cadáver del Miguel Angel Blanco, quienes aseguraron que, aunque al concejal se le hubiese dado de inmediato asistencia médica, "igual habría muerto" por la gravedad de las heridas.
Los últimos informes recibidos fueron el de los dos miembros de la Policía del País Vasco y el de los dos investigadores judiciales que realizaron el peritaje de las huellas de unos neumáticos encontradas en el lugar donde apareció Blanco. Ese mismo automóvil había sido utilizado al parecer, en octubre de 1997, como coche-bomba en un atentado en San Sebastián contra un vehículo de la Guardia Civil y en el que cuatro agentes resultaron heridos.
Este coche llevaba placas de matrícula falsificadas que, según se comprobó después, fueron confeccionadas por Muñoa -quien ya ha sido condenado a diez años de prisión por pertenencia a banda armada y falsificación- cuando los miembros del "Donosti" se encontraban en su domicilio.
Según la fiscal, los integrantes del "Donosti" Irantzu Gallastegi, "Amaia", y Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", se alojaron desde fines de junio de 1997 en la vivienda de Muñoa, y éste conocía la relación de ambos con ETA, ya que le anunciaron su intención de secuestrar a un concejal del PP. El 10 de julio, Blanco acudió en tren a su puesto de trabajo y, al salir del apeadero de Eibar, fue abordado por Gallastegi, quien le llevó a un coche en el que se encontraban los otros miembros del "comando" y de allí le condujeron "hasta un lugar que no se ha podido identificar".