(Libertad Digital) El socialista vasco, en "Sobre el pacto de 1978", comienza recordando que le correspondió " en su día defender en el Pleno del Congreso de los Diputados lo que hoy es el título octavo de la Constitución". Se plantea que "cuando discutimos si Cataluña es o no una nación estamos desenfocando el debate. En el ámbito teórico o en el de los sentimientos podemos encontrar razonamientos sólidos que abonan una u otra posición. Pero la discusión no puede ser doctrinal ni debe invocarse la polisemia. La cuestión reside en si, una vez que se ha decidido no modificar el artículo 2º de la Constitución, cabe construir una arquitectura política del Estado en la que se puedan incluir más naciones además de la española".
El hilo argumental del artículo choca con la actitud mantenida hasta ahora por Zapatero: "Lo primero que hay que descartar para hacer una aproximación rigurosa al problema es que no se trata, como se dice en ocasiones, de un debate nominalista y por lo tanto secundario, más o menos irrelevante. La cuestión de fondo es de suma importancia porque afecta al ámbito de la soberanía, a la regulación del derecho de autogobierno y a la atribución con carácter exclusivo de un marco estatal a la nación española".
Nación de naciones; subterritorio de territorio
Benegas no descarta que finalmente se impongan los nacionalistas y socialistas catalanes a Zapatero y se mantenga el término "nación" para referirse a Cataluña. "En el supuesto de que Cataluña se defina como nación, ésta deberá ser identificada con un territorio que parece no ofrece dudas sería el actual integrado por Barcelona, Lleida, Tarragona y Girona. En esta hipótesis, al ser España al mismo tiempo una nación, ¿cuál sería su territorio? ¿El actual menos el de Cataluña o el actual en su integridad? En este último supuesto, ¿el territorio de la nación catalana sería un subterritorio del de la nación española?"
Ante todas estas preguntas, el socialista vasco es claro: "Mi opinión es que si no se modifica el artículo 2º de la Constitución no cabe en el marco jurídico actual otra nación que no sea la española. No se debe tampoco argumentar que nación y nacionalidad es lo mismo porque en la Constitución española son sujetos de derechos diferentes: la soberanía y el Estado, por una parte, y de otra, el derecho al autogobierno".
Estado de las Autonomías frente a federalismo
También cuestiona que haya algunos, entre ellos su compañero Maragall, que reiteran que "el modelo federal sería la solución para todos los problemas de España". "Cuando se hace esta afirmación se ignoran, o no se quieren asumir, varias cosas. Una, que por sus orígenes España no puede ser un Estado federal. Dos, que no existe un modelo federal unívoco, las variantes que se reclaman de este sistema son tan amplias y variadas que la invocación generalista del federalismo es necesariamente difusa e inconcreta. Tres, que el modelo actual español es fruto también de un laborioso pacto mediante el cual se efectuó la síntesis entre tres posiciones, que confluyeron en el debate constituyente: la regionalista, la nacionalista y la federalista. Fruto de ese acuerdo surgió un modelo sui géneris español que es el Estado de las Autonomías".
