L D (Agencias)
Fuentes oficiales españolas han confirmado el asesinato del sargento primero del Ejército del Aire, José Antonio Bernal Gómez, que trabajaba desde hace alrededor de dos años como enlace del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en la embajada española en Irak. Bernal, que hablaba perfectamente árabe y conocía la capital iraquí, abandonó el país justo antes del inicio de la guerra para regresar en mayo pasado.
El agregado español fue asesinado hacia las ocho de la mañana de este jueves en Bagdad. Según informa Efe , fue tiroteado en la nuca cuando cayó al suelo, según informó a la autoridades locales el policía iraquí Auwad Eidam, que custodiaba la calle donde se encontraba el domicilio del funcionario y que presenció los hechos. El agente narró que iban cuatro personas en un Opel de color marrón, con matrícula extranjera. Del vehículo se bajó uno de ellos, con aspecto de clérigo musulmán, y llamó a la puerta del domicilio de José Antonio Bernal Gómez. La Oficina de Información Diplomática (OID) afirma que la vícitima reconoció a uno de sus agresores y llegó a mantener un forcejeo.
El policía testigo afirma que el agregado español, tras intercambiar unas palabras con el individuo, echó a correr mientras gritaba, "no, no". Los otros tres hombre bajaron del coche gritándole en árabe "párate, párate". Siempre según la versión relatada por el policía Eidam, el funcionario español se cayó a unos treinta metros de la puerta de su domicilio y, cuando llegaron hasta él, le dispararon un tiro en la nuca. Inmediatamente después, los asesinos se volvieron a subir al coche y huyeron hacia la avenida 14 de Ramadán, una de las más importantes vías de la ciudad, por la que escaparon.
Bernal tenía poco más de treinta años, estaba casado, tenía una hija de unos tres años y llevaba varios años destinado en Bagdad. El diplomático no tenía protección, aunque contaba con una persona a su servicio. La calle donde está la vivienda de Bernal es muy corta, de unos 150 metros, y está vigilada por dos policías, llamados Awad Idan y Ahmed Ismail, quienes se encargan de proteger el consulado de Sudán, situado frente a la casa del funcionario español. Ninguno de los dos tiene armas y ni siquiera han recibido entrenamiento policial. Idan dijo incluso que ignoraba que en ese domicilio viviera un ciudadano español, pues estaba en ese puesto hace sólo tres días y nadie le había informado de que en esa calle residieran funcionarios internacionales, a excepción del Consulado sudanés.
El pasado septiembre, el secretario español de Asuntos Exteriores, Ramón Gil-Casares, informó de que la embajada española en Bagdad había contratado personal iraquí para reforzar la vigilancia de la representación diplomática. Oficialmente, sólo el encargado de negocios de la embajada, Eduardo de Quesada, tiene proteccion personal, a cargo de agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) de la Policia Española. Los agentes de la Policía iraquí que vigila los accesos a la embajada de España o a la residencia del embajador lleva armas, y su protección se limita a una barrera de troncos y piedras para impedir el acceso de vehículos.
Con la muerte de Antonio Bernal, son dos los diplomáticos españoles asesinados en Irak tras la guerra que derrocó al régimen de Sadam Husein. El primero fue el capitán de navío Manuel Martín-Oar, quien murió en el primer atentado terroristascontra la sede de la ONU.
El agregado español fue asesinado hacia las ocho de la mañana de este jueves en Bagdad. Según informa Efe , fue tiroteado en la nuca cuando cayó al suelo, según informó a la autoridades locales el policía iraquí Auwad Eidam, que custodiaba la calle donde se encontraba el domicilio del funcionario y que presenció los hechos. El agente narró que iban cuatro personas en un Opel de color marrón, con matrícula extranjera. Del vehículo se bajó uno de ellos, con aspecto de clérigo musulmán, y llamó a la puerta del domicilio de José Antonio Bernal Gómez. La Oficina de Información Diplomática (OID) afirma que la vícitima reconoció a uno de sus agresores y llegó a mantener un forcejeo.
El policía testigo afirma que el agregado español, tras intercambiar unas palabras con el individuo, echó a correr mientras gritaba, "no, no". Los otros tres hombre bajaron del coche gritándole en árabe "párate, párate". Siempre según la versión relatada por el policía Eidam, el funcionario español se cayó a unos treinta metros de la puerta de su domicilio y, cuando llegaron hasta él, le dispararon un tiro en la nuca. Inmediatamente después, los asesinos se volvieron a subir al coche y huyeron hacia la avenida 14 de Ramadán, una de las más importantes vías de la ciudad, por la que escaparon.
Bernal tenía poco más de treinta años, estaba casado, tenía una hija de unos tres años y llevaba varios años destinado en Bagdad. El diplomático no tenía protección, aunque contaba con una persona a su servicio. La calle donde está la vivienda de Bernal es muy corta, de unos 150 metros, y está vigilada por dos policías, llamados Awad Idan y Ahmed Ismail, quienes se encargan de proteger el consulado de Sudán, situado frente a la casa del funcionario español. Ninguno de los dos tiene armas y ni siquiera han recibido entrenamiento policial. Idan dijo incluso que ignoraba que en ese domicilio viviera un ciudadano español, pues estaba en ese puesto hace sólo tres días y nadie le había informado de que en esa calle residieran funcionarios internacionales, a excepción del Consulado sudanés.
El pasado septiembre, el secretario español de Asuntos Exteriores, Ramón Gil-Casares, informó de que la embajada española en Bagdad había contratado personal iraquí para reforzar la vigilancia de la representación diplomática. Oficialmente, sólo el encargado de negocios de la embajada, Eduardo de Quesada, tiene proteccion personal, a cargo de agentes de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) de la Policia Española. Los agentes de la Policía iraquí que vigila los accesos a la embajada de España o a la residencia del embajador lleva armas, y su protección se limita a una barrera de troncos y piedras para impedir el acceso de vehículos.
Con la muerte de Antonio Bernal, son dos los diplomáticos españoles asesinados en Irak tras la guerra que derrocó al régimen de Sadam Husein. El primero fue el capitán de navío Manuel Martín-Oar, quien murió en el primer atentado terroristascontra la sede de la ONU.