(Libertad Digital)
La situación judicial que afecta al entramado político etarra es la siguiente:
1. En cuanto a la coalición Batasuna. Como partido político ha desaparecido. No puede ejercer función alguna y sus cuentas han sido congeladas. Es decir, es ilegal en aplicación de la Ley de Partidos y su nombre deja de figurar en el registro de formaciones políticas del Ministerio del Interior. Todo ello está avalado constitucionalmente.
2. Los grupos de Batasuna en las instituciones. Les afecta la disolución acordada este miércoles referida a los parlamentos, juntas generales, diputaciones y ayuntamientos de las comunidades vasca y navarra donde aparezca cualquier referencia a HB-EH-Batasuna. Se trata de la disolución de los grupos derivados estrictamente del partido ilegalizado. Además se embargarán sus bienes y tendrá que desaparecer la página web que mantiene Batasuna.
3. "Sozialistas Abertaleak". Así se hace llamar Batasuna en la Cámara vasca como grupo parlamentario. El Supremo sólo tiene que cotejar los nombres de esta marca con lo que antes era el grupo parlamentario denominado Batasuna. Eso es precisamente lo que Hernando ha aclarado que hará para “sacar conclusiones”. Frente a ello, Ibarretxe sostiene que la Cámara vasca es soberana. Pero su argumentación de que un “partido político no es lo mismo que un grupo parlamentario” tiene las horas contadas. Sólo es cuestión de un plazo judicial que se estima breve.
4. Los sucedáneos que quieren ir a elecciones. Aquí el procedimiento emana de las garantías jurídicas de la propia Ley de Partidos: un partido ilegal no puede esconderse bajo otra denominación. Pero como los afectados son expertos en camuflaje para burlar el Estado de Derecho, fiscales y jueces trabajan contrarreloj para impugnar cada intento de violar la ley en cada localidad. En este sentido nada ha cambiado. Batasuna está presente de muchas formas en las múltiples plataformas creadas para concurrir a las elecciones del 25 de mayo.
5. Otras maniobras con agrupaciones electorales. Batasuna no tiene salida ni con un partido sucedáneo ni con agrupaciones de electores (por muchas firmas que presenten). La Ley de Partidos no pasó por alto la maniobra de escape. El artículo 12 cierra la puerta a la continuidad si se detecta cualquier similitud en estructura, fines, financiación o nombres. Requiere mucho trabajo su ejecución, pero está garantizada una ilegalización automática si se dan las condiciones. Para las agrupaciones de electores, se modificó, también al amparo de la ley de partidos, la ley de Régimen Electoral General. Otra salida cegada, y no en vano que impide la subsistencia institucional etarra.
Por poner sólo un ejemplo (hay cientos de nombres, entre ellos un sinfín de alcaldes batasunos) Joseba Permach, Pernando Barrena y Rufi Etxeberria pretenden aparecer como desconocidos que nada tienen que ver con el partido de ETA. Pero la relación de los nombres que aparecen en las listas no deja lugar a dudas. Son los mismos, con algunos fichajes. Por cierto, hasta tres presos de la banda figuran en las listas electorales. Si no hay errores judiciales y se emplean bien los tiempos, el terrorismo no será una opción que pueda votarse ni un brazo político con escaño y subvención.
1. En cuanto a la coalición Batasuna. Como partido político ha desaparecido. No puede ejercer función alguna y sus cuentas han sido congeladas. Es decir, es ilegal en aplicación de la Ley de Partidos y su nombre deja de figurar en el registro de formaciones políticas del Ministerio del Interior. Todo ello está avalado constitucionalmente.
2. Los grupos de Batasuna en las instituciones. Les afecta la disolución acordada este miércoles referida a los parlamentos, juntas generales, diputaciones y ayuntamientos de las comunidades vasca y navarra donde aparezca cualquier referencia a HB-EH-Batasuna. Se trata de la disolución de los grupos derivados estrictamente del partido ilegalizado. Además se embargarán sus bienes y tendrá que desaparecer la página web que mantiene Batasuna.
3. "Sozialistas Abertaleak". Así se hace llamar Batasuna en la Cámara vasca como grupo parlamentario. El Supremo sólo tiene que cotejar los nombres de esta marca con lo que antes era el grupo parlamentario denominado Batasuna. Eso es precisamente lo que Hernando ha aclarado que hará para “sacar conclusiones”. Frente a ello, Ibarretxe sostiene que la Cámara vasca es soberana. Pero su argumentación de que un “partido político no es lo mismo que un grupo parlamentario” tiene las horas contadas. Sólo es cuestión de un plazo judicial que se estima breve.
4. Los sucedáneos que quieren ir a elecciones. Aquí el procedimiento emana de las garantías jurídicas de la propia Ley de Partidos: un partido ilegal no puede esconderse bajo otra denominación. Pero como los afectados son expertos en camuflaje para burlar el Estado de Derecho, fiscales y jueces trabajan contrarreloj para impugnar cada intento de violar la ley en cada localidad. En este sentido nada ha cambiado. Batasuna está presente de muchas formas en las múltiples plataformas creadas para concurrir a las elecciones del 25 de mayo.
5. Otras maniobras con agrupaciones electorales. Batasuna no tiene salida ni con un partido sucedáneo ni con agrupaciones de electores (por muchas firmas que presenten). La Ley de Partidos no pasó por alto la maniobra de escape. El artículo 12 cierra la puerta a la continuidad si se detecta cualquier similitud en estructura, fines, financiación o nombres. Requiere mucho trabajo su ejecución, pero está garantizada una ilegalización automática si se dan las condiciones. Para las agrupaciones de electores, se modificó, también al amparo de la ley de partidos, la ley de Régimen Electoral General. Otra salida cegada, y no en vano que impide la subsistencia institucional etarra.
Por poner sólo un ejemplo (hay cientos de nombres, entre ellos un sinfín de alcaldes batasunos) Joseba Permach, Pernando Barrena y Rufi Etxeberria pretenden aparecer como desconocidos que nada tienen que ver con el partido de ETA. Pero la relación de los nombres que aparecen en las listas no deja lugar a dudas. Son los mismos, con algunos fichajes. Por cierto, hasta tres presos de la banda figuran en las listas electorales. Si no hay errores judiciales y se emplean bien los tiempos, el terrorismo no será una opción que pueda votarse ni un brazo político con escaño y subvención.