La novena rotación de las tropas españolas en Líbano, cuyo grueso estaba formado por los miembros de la Brigada de Infantería Mecanizada –Guzmán El Bueno X– con sede en Cerro Murriano (Córdoba) llegó al país asiático a medidados de agosto. Apenas llevaban un mes en la base Miguel de Cervantes, cercana a la localidad de Marjayoun, cuando fueron objeto del primer ataque llevado a cabo contra el interior del acuartelamiento.
Según confirmaron fuentes militares a Libertad Digital, el ataque se produjo en septiembre, al mediodía, cuando desde el exterior de la base se lanzaron misiles Katiuska contra el polvorín, situado en el centro del acuartelamento. En total cayeron cuatro, disparados con una cadencia de dos minutos, aproximadamente. Tras la primera explosión, se pudo divisar en mitad del acuartelamiento una gran columna de humo, y los militares desplegados corrieron a protegerse en el interior de los búnkeres mientras la sección de Seguridad inspeccionaba armada el interior del recinco por si los terroristas se habían penetrado en la base Miguel de Cervantes.
Una media hora después de la explosión del último misil, sonó la alarma, y los soldados que se protegían en los búnkeres salieron a buscar su material y a situarse en sus posiciones de combate. Fue entontes cuando los BMR salieron a batir los alrededores de la base para intentar encontrar a los atacantes, que ya habían huído.
Días después, el General de la base intentó negar a los propios militares la existencia del ataque afirmando que se trataba del adelanto del simulacro de ataque que debía llevarse a cabo un par de días más tarde, aunque las mismas fuentes consultadas por LD aseguran que "no se puede hacer simulacros haciendo estallar artefactos junto al polvorín y que los militares que vieron la cara del General mientras comía –el ataque le cogió en pleno almuerzo–decían que se le iba el corazón por la boca".
Estas fuentes destacaron la importancia del ataque porque "no es un ataque contra una patrulla, sino dentro de la base, contra el polvorín, centro neurálgico donde se almacena todo el material, que si llega a ser alcanzado habría podido provocar la muerte de centenares de militares". Del mismo modo, recordaron que "hay multitud de personal local trabajando en la base".
Precisamente, el pasado lunes 7 de diciembre comenzó el regreso de la novena dotación de militares desplegada en Líbano desde que comenzó la misión de las Naciones Unidas en la zona, que inició su misión en Líbano con el nombre de Libre Hidalgo IX y cuyo grueso estaba conformado por militares de Brigada de Infantería Mecanizada Guzmán El Bueno X.
El nuevo contingente que conformará la Brigada Multinacional Libre Hidalgo X está compuesto por unos 1.100 militares procedentes en su mayoría de la BRIMZ "Extremadura" XI (Badajoz). El resto del personal pertenece a la Agrupación de Apoyo Logístico número 31 con sede en Paterna (Valencia), al regimiento de Caballería Ligero Acorazado "Farnesio" número 12 de Valladolid y, en menor medida, a otras unidades, según informó el pasado martes el ministerio de Defensa.
Defensa ocultó un ataque contra el polvorín de la base del Líbano
Durante el pasado mes de septiembre, varios terroristas atacaron las instalaciones que las tropas españolas tienen en Líbano. El objetivo: el polvorín de la base, situado en el corazón del acuartelamento. Defensa ocultó el ataque y no informó del mismo.
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