
L D (Agencias) El policía que fue relevado de las diligencias que se abrieron a raíz de una manifestación de la AVT en la que el ex ministro de Defensa José Bono fue increpado y por la que se detuvo a dos militantes del PP, ha confirmado que lo destituyeron porque se negó a detener a éstos sin tener pruebas. Así lo declaró el agente H.C. en el juicio que se sigue ante la sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid, en el que se juzga al comisario jefe de la Brigada Provincial de Información (R.R.), a un inspector jefe (J.F.) y a otro inspector (J.L.G.) por delitos de detención ilegal, falsedad en documento público y coacciones, y para los que el PP, que ejerce la acusación particular, pide penas de entre 4 y 10 años de cárcel.
En la sesión de este pasado jueves también testificaron los dos policías que redactaron la primera diligencia en relación con la manifestación el mismo día de su celebración (sábado 22 de enero de 2005), quienes manifestaron que firmaron un segundo atestado el martes 25 (después de que relevaran al agente ya citado) porque "se habían dado órdenes de la superioridad". H.C. explicó, a preguntas del abogado del PP, Juan Ramón Montero, que esas primeras diligencias se las "traspasaron" en la mañana del lunes 24 para que él fuera el instructor, ya que estaba al frente del grupo de conflictividad laboral y social, especialista en manifestaciones.
El inspector recordó que la identidad de los dos militantes del PP (Isidoro Barrios y Antonia de la Cruz) la conocieron a través de la prensa y aseguró que el inspector jefe acusado le dijo que había contactado con ellos y que dispusiera un coche para ir a buscarlos. "Entró al despacho (el inspector jefe) y me dijo: Cruz, una vez que lleguen estas personas que se han ido a recoger hay que detenerlos, les lees los derechos", afirmó H.C., que relató que fue entonces cuando le mostró su "desacuerdo" y le dijo que "antes de detenerlos deberíamos tomarles declaración".
El agente precisó que le comentó que no se oponía a "hacer la detención" pero que consideraba "conveniente escucharles antes en declaración", por lo que -según recordó Montero, refiriéndose a lo que manifestó H.C. en instrucción- el inspector jefe le dijo "estás cesado como instructor y como jefe de grupo". En este sentido, H.C. declaró que cuando él intentó decirle que "no estaba de acuerdo" sucedió "lo que está expresado ahí" (su declaración de instrucción).
Por su parte, los policías que redactaron la primera diligencia reconocieron que firmaron una nueva para que figurara un instructor diferente del primero, que había sido relevado. Uno de éstos, el agente 79.914, precisó que "ese día el comentario general en la Brigada fue que se había dado orden por la superioridad (...) de que se llevaran a cabo detenciones, y que la instrucción a la que nosotros pasamos las diligencias el lunes por la mañana se negó a practicar estas instrucciones figurando como instructor, y parece que por eso se confeccionó otra vez todo el atestado".
En esas nuevas diligencias estaban presentes el comisario jefe y el inspector jefe acusados y figuraba como secretario el tercer imputado, jefe del grupo especializado en los GRAPO, aunque los dos policías que declararon hoy coincidieron en que no vieron al último procesado allí. Uno de ellos, el policía 56.589, contó que tuvo que firmar el documento porque le dijeron que "había un problema formal". "Yo tengo un principio de jerarquía, y los ánimos estaban un poco calientes, trastornados (...) Prefiero no entrar en discusiones y no sé si en ese momento me tenía que haber negado a volver a firmar, me hubiera negado si no fuera el mismo contenido. Son situaciones en las que se contraponen los principios", explicó. Asimismo, confirmó que durante el visionado de las cintas había oído que J.F. indicó al comisario jefe: "Jefe, no se ve nada", a lo que éste respondió: "Si el ministro dice que le han pegado, le han pegado, y eso no se cuestiona". Añadió que recuerda casi textualmente esta expresión porque le llamó la atención, y comentó que cree que después el comisario dijo que en otras grabaciones "tenía que haber algo".
Además, a preguntas del presidente de la Sala, Miguel Hidalgo, aseguró que con las nuevas tecnologías "se pueden confeccionar" documentos de lectura de derechos de diversos formatos aparte de la encabezada como "Información de Derechos al Detenido" que se usó en este caso, aunque manifestó que la de "imputados no detenidos" es "muy poco utilizada".
En la sesión de este pasado jueves también declararon otros tres agentes: el que sustituyó a H.C. como jefe del grupo de conflictividad laboral; el que actuó como secretario en la fase en la que H.C. seguía siendo responsable de la investigación y uno que estuvo presente en los incidentes. El juicio continúa el lunes con la comparecencia de otros seis policías.
Escoltas declararon dos veces ya que no gustaron sus primeras palabras
En la sesión de este pasado jueves también testificaron los dos policías que redactaron la primera diligencia en relación con la manifestación el mismo día de su celebración (sábado 22 de enero de 2005), quienes manifestaron que firmaron un segundo atestado el martes 25 (después de que relevaran al agente ya citado) porque "se habían dado órdenes de la superioridad". H.C. explicó, a preguntas del abogado del PP, Juan Ramón Montero, que esas primeras diligencias se las "traspasaron" en la mañana del lunes 24 para que él fuera el instructor, ya que estaba al frente del grupo de conflictividad laboral y social, especialista en manifestaciones.
El inspector recordó que la identidad de los dos militantes del PP (Isidoro Barrios y Antonia de la Cruz) la conocieron a través de la prensa y aseguró que el inspector jefe acusado le dijo que había contactado con ellos y que dispusiera un coche para ir a buscarlos. "Entró al despacho (el inspector jefe) y me dijo: Cruz, una vez que lleguen estas personas que se han ido a recoger hay que detenerlos, les lees los derechos", afirmó H.C., que relató que fue entonces cuando le mostró su "desacuerdo" y le dijo que "antes de detenerlos deberíamos tomarles declaración".
El agente precisó que le comentó que no se oponía a "hacer la detención" pero que consideraba "conveniente escucharles antes en declaración", por lo que -según recordó Montero, refiriéndose a lo que manifestó H.C. en instrucción- el inspector jefe le dijo "estás cesado como instructor y como jefe de grupo". En este sentido, H.C. declaró que cuando él intentó decirle que "no estaba de acuerdo" sucedió "lo que está expresado ahí" (su declaración de instrucción).
Por su parte, los policías que redactaron la primera diligencia reconocieron que firmaron una nueva para que figurara un instructor diferente del primero, que había sido relevado. Uno de éstos, el agente 79.914, precisó que "ese día el comentario general en la Brigada fue que se había dado orden por la superioridad (...) de que se llevaran a cabo detenciones, y que la instrucción a la que nosotros pasamos las diligencias el lunes por la mañana se negó a practicar estas instrucciones figurando como instructor, y parece que por eso se confeccionó otra vez todo el atestado".
En esas nuevas diligencias estaban presentes el comisario jefe y el inspector jefe acusados y figuraba como secretario el tercer imputado, jefe del grupo especializado en los GRAPO, aunque los dos policías que declararon hoy coincidieron en que no vieron al último procesado allí. Uno de ellos, el policía 56.589, contó que tuvo que firmar el documento porque le dijeron que "había un problema formal". "Yo tengo un principio de jerarquía, y los ánimos estaban un poco calientes, trastornados (...) Prefiero no entrar en discusiones y no sé si en ese momento me tenía que haber negado a volver a firmar, me hubiera negado si no fuera el mismo contenido. Son situaciones en las que se contraponen los principios", explicó. Asimismo, confirmó que durante el visionado de las cintas había oído que J.F. indicó al comisario jefe: "Jefe, no se ve nada", a lo que éste respondió: "Si el ministro dice que le han pegado, le han pegado, y eso no se cuestiona". Añadió que recuerda casi textualmente esta expresión porque le llamó la atención, y comentó que cree que después el comisario dijo que en otras grabaciones "tenía que haber algo".
Además, a preguntas del presidente de la Sala, Miguel Hidalgo, aseguró que con las nuevas tecnologías "se pueden confeccionar" documentos de lectura de derechos de diversos formatos aparte de la encabezada como "Información de Derechos al Detenido" que se usó en este caso, aunque manifestó que la de "imputados no detenidos" es "muy poco utilizada".
En la sesión de este pasado jueves también declararon otros tres agentes: el que sustituyó a H.C. como jefe del grupo de conflictividad laboral; el que actuó como secretario en la fase en la que H.C. seguía siendo responsable de la investigación y uno que estuvo presente en los incidentes. El juicio continúa el lunes con la comparecencia de otros seis policías.
Escoltas declararon dos veces ya que no gustaron sus primeras palabras
El último testigo en declarar este pasado jueves en el juicio contra tres agentes de Policía, en relación con los incidentes ocurridos en la manifestación de la AVT a la que asistió José Bono, fue el secretario que tomó declaración a los tres escoltas del ex ministro de Defensa y que relató al tribunal que su jefe, el inspector J.F., le dijo que no estaba muy satisfecho con estas declaraciones y que les volviera a citar.
Este agente, que actuó inicialmente como secretario en las diligencias abiertas antes de ser sustituido por uno de los acusados, dijo que después de que los escoltas declararan y abandonaran la comisaría, su superior, el inspector J.F., le dijo que no estaba muy satisfecho con estas declaraciones y que les volviera a citar. Añadió que los escoltas regresaron dos horas más tarde, con unas notas con dos párrafos previamente escritos que fueron los que se incorporaron a sus declaraciones iniciales.
En esos dos párrafos, añadidos a posteriori a su primera declaración, los tres escoltas reconocieron por primera vez que pudo haber un intento de agresión a Bono. Las mismas fuentes indicaron que los escoltas estaban ya en Toledo cuando les llamó el secretario para que regresaran a Madrid a declarar por segunda vez. El presidente de la Sala advirtió al testigo de la importancia de lo que estaba relatando, ya que los hechos podrían ser constitutivos de delito, a lo que éste respondió que se ratificaba en todas sus afirmaciones.
