(Libertad Digital)
"Hicimos lo que hubiera hecho cualquiera, prestar ayuda al que lo necesita", relató una de las hijas de Honorio Vicente, el vecino de Poveda que abrió su casa y prestó ayuda al etarra Izkur Badillo durante algo más de dos horas, según informa EFE.
El etarra llegó hasta su casa y pidió auxilio, por lo que toda la familia, sin preguntar quién era o a qué se dedicaba, "porque no es costumbre nuestra", le ofreció su hogar y le prestó la asistencia de urgencia que requería en ese momento, ya que el integrante de ETA presentaba una fuerte hemorragia debido al accidente de circulación que sufrió. Tanto Honorio como el resto de la familia reconocieron que esos momentos los vivieron con total tranquilidad; los correctos modales del herido y su tono educado no les hicieron pensar nada inapropiado de él, y no supieron hasta horas más tarde que posiblemente se trataba de un etarra.
La casa de Honorio Vicente, jubilado, se encuentra a la entrada del pueblo, y parece ser que Izkur Badillo acudió a este domicilio y llamó a la puerta al comprobar que había luz, les contó que había sufrido un accidente y que necesitaba ayuda. La familia de Honorio se dispuso en ese mismo momento a prestarle la asistencia que requería, llamaron al médico y, como debido al mal tiempo no pudo acudir, le ofrecieron primeros auxilios hasta que llegó la Guardia Civil para prestar apoyo.
Un camionero que se alojaba en el restaurante Alto Tajo de este pequeño municipio de apenas 200 habitantes aseguró horas después haber visto el coche en el que viajaba el etarra parado en una gasolinera cercana, como si estuviera despistado, y observó cómo continuaba la marcha hasta que finalmente vio a la Guardia Civil en las inmediaciones. En el pueblo no se ha vivido con sobresaltos este suceso, tal vez porque este tuvo lugar bien entrada la noche y porque la casa de Honorio Vicente se encuentra a la entrada, por lo que todo lo que saben sobre el suceso es de oídas.
Izkur Badillo fue detenido el domingo pasado en una operación en la que también fue detenido como miembro de ETA Gorka Vidal, que transportaba una furgoneta con media tonelada de explosivos en Cañaveras (Cuenca).
El etarra llegó hasta su casa y pidió auxilio, por lo que toda la familia, sin preguntar quién era o a qué se dedicaba, "porque no es costumbre nuestra", le ofreció su hogar y le prestó la asistencia de urgencia que requería en ese momento, ya que el integrante de ETA presentaba una fuerte hemorragia debido al accidente de circulación que sufrió. Tanto Honorio como el resto de la familia reconocieron que esos momentos los vivieron con total tranquilidad; los correctos modales del herido y su tono educado no les hicieron pensar nada inapropiado de él, y no supieron hasta horas más tarde que posiblemente se trataba de un etarra.
La casa de Honorio Vicente, jubilado, se encuentra a la entrada del pueblo, y parece ser que Izkur Badillo acudió a este domicilio y llamó a la puerta al comprobar que había luz, les contó que había sufrido un accidente y que necesitaba ayuda. La familia de Honorio se dispuso en ese mismo momento a prestarle la asistencia que requería, llamaron al médico y, como debido al mal tiempo no pudo acudir, le ofrecieron primeros auxilios hasta que llegó la Guardia Civil para prestar apoyo.
Un camionero que se alojaba en el restaurante Alto Tajo de este pequeño municipio de apenas 200 habitantes aseguró horas después haber visto el coche en el que viajaba el etarra parado en una gasolinera cercana, como si estuviera despistado, y observó cómo continuaba la marcha hasta que finalmente vio a la Guardia Civil en las inmediaciones. En el pueblo no se ha vivido con sobresaltos este suceso, tal vez porque este tuvo lugar bien entrada la noche y porque la casa de Honorio Vicente se encuentra a la entrada, por lo que todo lo que saben sobre el suceso es de oídas.
Izkur Badillo fue detenido el domingo pasado en una operación en la que también fue detenido como miembro de ETA Gorka Vidal, que transportaba una furgoneta con media tonelada de explosivos en Cañaveras (Cuenca).