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LAS CLAVES: ARAGÓN Y EL VOTO DE CALIDAD DE CASAS

A partir de hoy, la tarea de redactar el nuevo borrador de sentencia del Estatuto de Cataluña pasa por manos de la presidenta del TC, María Emilia Casas. Las claves del éxito radican en su voto de calidad y en la decisión de Manuel Aragón.

A partir de hoy, la tarea de redactar el nuevo borrador de sentencia del Estatuto de Cataluña pasa por manos de la presidenta del TC, María Emilia Casas. Las claves del éxito radican en su voto de calidad y en la decisión de Manuel Aragón.

Desde que en julio de 2006 el PP recurrió más de un centenar de artículos del Estatuto de Cataluña, el Tribunal Constitucional delibera con distinta intensidad sobre este asunto. A día de hoy se han presentado seis borradores de sentencia -aunque sólo uno se ha votado- y todos ellos recortaban la norma estatutaria catalana.

A partir de este miércoles, la misión de elaborar un nuevo fallo recae sobre la presidenta del Alto Tribunal, María Emilia Casas. Sus predecesores en esta tarea, la magistrada del sector progresista Elisa Pérez Vera y el magistrado conservador Guillermo Jiménez, vicepresidente del TC, intentaron sin éxito que una mayoría de sus compañeros avalaran sus proyectos.

Aragón rompe el equilibrio

En el caso de Pérez Vera, llevó a cabo hasta cinco prospecciones, sometiéndose a votación la última de ellas el pasado 16 de abril. En aquella ocasión, el término "nación" fue el escollo principal que impidió que el borrador de la magistrada saliese adelante. Éste declaraba ajustado a la Carta Magna la definición de Cataluña como una "nación". Entonces, el magistrado progresista Manuel Aragón se mostró en contra del texto y fue la postura clave para que éste fuera rechazado por 6 votos en contra y 4 a favor.

A la ponencia de Pérez Vera le ha seguido la del conservador Guillermo Jiménez que se ha debatido este miércoles en sesión plenaria. Han bastado las intervenciones de los diez magistrados que componen el pleno (tras la recusación de Pablo Pérez-Tremps y el fallecimiento de Roberto García Calvo) para que el vicepresidente asumiera que su borrador no tenía los apoyos necesarios para convertirse en la sentencia definitiva, lo que le ha llevado a retirar el texto y renunciar también a la ponencia.

El motivo es que su ponencia era mucho más dura que la de Pérez Vera y limitaba cuestiones referidas a los símbolos nacionales y a las relaciones bilaterales entre Gobierno central y catalán que el sector progresista del TC quiere aprobar. En total, el texto de Jiménez pretendía anular por inconstitucionales 22 artículos y sometía otros 20 preceptos a interpretación del legislador.

Voto de calidad

Ahora, la tarea de redactar un nuevo fallo de consenso corresponde a la presidenta María Emilia Casas. Las claves del éxito de esta ponencia pasan por dos elementos: el voto de calidad de la presidenta y el apoyo del magistrado Manuel Aragón.

Según el artículo 90.1 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional “salvo en los casos para los que esta Ley establece otros requisitos, las decisiones se adoptarán por la mayoría de los miembros del Pleno, Sala o Sección que participen en la deliberación. En caso de empate, decidirá el voto del Presidente”. Es decir, que si hay cinco magistrados a favor y cinco en contra del nuevo borrador, la decisión de Casas, si utiliza su voto de calidad, es fundamental.

El bloque conservador del TC lo componen el vicepresidente Guillermo Jiménez, Ramón Rodríguez Arribas, Javier Delgado, Jorge Rodríguez Zapata y Vicente Conde mientras que el sector progresista lo integran Manuel Aragón, Elisa Pérez Vera, Eugeni Gay, Pascual Sala y la propia Casas. Con este escenario, el cinco a cinco sólo se vería alterado por la decisión de Aragón o el voto de calidad de Casas.

El hecho de que Aragón se haya alineado hasta ahora con los conservadores hace una vez más que su voto vaya a ser clave en las próximas deliberaciones.

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