L D (Agencias) La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el presidente del PP, Mariano Rajoy, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, visitaron este lunes por la tarde la capilla ardiente del brigada asesinado por ETA, Luis Conde de la Cruz, instalada en la Academia de Artillería de Segovia.
El coche fúnebre con los restos del brigada llegó a las 19.40 horas a las puertas del centro de enseñanza militar, donde le esperaban miembros de su familia, el director de la Academia, el general Ricardo Sotomayor; el delegado del Gobierno, Miguel Alejo; la subdelegada del Gobierno en Segovia, María Teresa Rodrigo Rojo, y el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, entre otras autoridades.
Posteriormente llegaron al lugar el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y diferentes miembros del PP como el coordinador de Justicia y Libertades Públicas, Federico Trillo; la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáez de Santamaría; y posteriormente el presidente del PP, Mariano Rajoy, y la secretaria general del Partido Popular, María Dolores Cospedal. A la capilla ardiente, que se abrió sobre las 19.55 horas, accedieron las diferentes autoridades y representantes políticos a los que más tarde se sumó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
Además, decenas de ciudadanos anónimos arroparon la llegada del féretro en la puerta de la Academia, en la calle de San Francisco, que rompieron en un fuerte aplauso cuando el ataúd con los restos mortales del brigada fue extraído del coche fúnebre. Tras un responso, el féretro fue conducido a hombros por los compañeros del brigada al interior del centro de enseñanza militar, momento en el que los ciudadanos que quisieron también acompañar a la familia, rompieron en un nuevo aplauso en señal de homenaje a la victima.
Posteriormente, los ciudanos hicieron cola para acceder a la capilla -a la que no se permitió la entrada de cámaras por expreso deseo de la familia- y dar así el último adiós a Luis Conde de la Cruz, cuyos restos mortales están custodiados por cuatro sargentos alumnos compañeros de su hijo en la Academia. Además, a lo largo de la noche se llevarán a cabo turnos de cinco mandos militares que se relevarán cada dos horas para custodiar a lo largo de toda la noche el féretro, junto al cual se han depositado decenas de coronas de flores.