
L D (Europa Press) Aprovechando la solemnidad de la sesión de control en el Parlament, Maragall desgranó la nueva estructura del Ejecutivo y revalidó su "confianza intacta" en todos los consejeros, que formalmente se mantendrán en el cargo de forma indefinida. Maragall explicó que "hay dos formas de hacer un Gobierno más ágil y más efectivo" como son la reducción del número de consejerías o mediante la reducción al mínimo de las decisiones que debe tomar el Consejo Ejecutivo a cambio de que éstas recaigan en comisiones sectoriales delegadas.
Maragall explicó su opción por la segunda vía tras evacuar consultas con el primer consejero, Josep Bargalló, el consejero portavoz, Joaquim Nadal, el consejero de Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, y el secretario del Gobierno, Ernest Maragall. Pese a esta decisión el presidente de la Generaldad aseguró que "no he renunciado" a ninguna de las atribuciones del cargo, como son la facultad para nombrar y cesar a los miembros del Gobierno, y rechazó la afirmación del líder de CiU, Artur Mas, quien le atribuyó una "falta grave" en su responsabilidad como presidente. "Por descontado que no", dijo Maragall ante la insinuación de que había hecho dejación de funciones.
Maragall sostuvo que el cambio en la organización del Gobierno tripartito, "que no de consellers, se ha hecho solamente para mejorar" su eficiencia y "no como otros cambios históricos que no tenían precisamente esta intención", en referencia al nombramiento de Mas como “conseller en cap” en el último Gobierno de Jordi Pujol. El presidente de la Generalidad lamentó el "tremendismo" manifestado en las filas de CiU y dio por hecho que si hubiera llevado a cabo un relevo de consejeros el propio Mas habría dicho que el Gobierno era "un desastre". Por el contrario, Maragall insistió en que el actual es "un buen Gobierno y seguirá siéndolo" y aseguró que "lograremos la agilidad que buscamos" y la "eficacia" que, según dijo, no tuvieron los Ejecutivos de CiU.
"Fiel" a sus "ideas"
Para Maragall, el tripartito "ha dibujado un Gobierno absolutamente la altura de nuestras necesidades" y con "consellers de la calidad que este país necesita". Maragall se declaró "fiel a mis ideas" y como muestra, ante la sorpresa de las filas de CiU, se entretuvo a argumentar que la nueva organización servirá para facilitar la descentralización de competencias de la Generalidad a los ayuntamientos.
Frente a las explicaciones de Maragall, el líder de CiU, Artur Mas, aseguró que el presidente de la Generalidad "se está autoengañando y engaña a Cataluña" y el recriminó que "por muy importante que sea una persona y muy importante que sea su cargo, nunca se puede poner los intereses personales por delante del interés del país". Mas lamentó que Maragall no acabara llevando a los cambios en las consejerías y aceptara reducirlo a una reorganización funcional. "Usted no quería hacer esto", sostuvo y concluyó que no hay remodelación "porque no ha podido o porque no le han dejado". Criticó que Maragall reclame que se abandonen las banderas partidistas en la negociación del Estatuto cuando, "en el fondo, lo que ha hecho, es por partidismo e intereses personales" en lugar de "velar por el país y sus instituciones".
En la misma línea se manifestó el presidente del PP catalán, Josep Piqué, durante su intervención en la sesión de control quien cuestionó la autoridad moral de Maragall como presidente, de los consejeros que persisten en el gobierno porque "el tripartito quiere" e incluso del Parlamento, que no tiene explicación alguna sobre esta decisión del jefe del ejecutivo catalán.
