
L D (EFE) Durante su intervención en la inauguración del seminario "Víctimas del terrorismo: memoria, dignidad y justicia", organizado por el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, Buesa utilizó el término "macrovictimización" para referirse tanto a las personas que han muerto, como a familiares, amigos y todos los que se sienten amenazados y tienen que huir del País Vasco, "cuya emigración es el doble de la que existe en otras comunidades", añadió.
El presidente del Foro de Ermua calificó al terrorismo como una "experiencia del mal", y señaló que actualmente la relación con el Gobierno socialista es inexistente, frente a la de que mantenían en el periodo anterior en el que había "una relación cordial con un tratamiento correcto". El hermano del dirigente socialista asesinado por ETA, Fernando Buesa, añadió que si su hermano estuviera vivo "hubiera sido expulsado del partido" por llevar una política contraria a la que realiza el PSOE. Asimismo, precisó que las conversaciones que el partido socialista pretende mantener con los terroristas, demuestra que el PSOE está formado por un grupo de personas que no tienen "ni ideología ni escrúpulos" en la búsqueda del ejercicio del poder.
Definió el terrorismo como "una guerra sin reglas" en la que los que sufren los atentados no son combatientes uniformados, sino sobre "la población civil indefensa", violándose de esta manera las normas establecidas en los Derechos Humanos. Buesa también resaltó que cualquier "batalla" que pudieran ganar las organizaciones terroristas llevando a cabo una política basada en las armas, sería una victoria establecida "sobre los cadáveres de las víctimas".
Buesa habló de que el 86 % de las víctimas no conocían el riesgo que tenían de sufrir un atentado y que las secuelas psicológicas que les quedan son cinco veces mayores que las que resultan de otro tipo de agresiones, de hecho "un 52 por ciento de los afectados tienen una alta probabilidad de sufrir un trauma".
Buesa habló de que el 86 % de las víctimas no conocían el riesgo que tenían de sufrir un atentado y que las secuelas psicológicas que les quedan son cinco veces mayores que las que resultan de otro tipo de agresiones, de hecho "un 52 por ciento de los afectados tienen una alta probabilidad de sufrir un trauma".
