
L D (Europa Press) En una entrevista en Radio Barcelona-Cadena Ser, Montilla insistió en descartar el pacto CiU-PSC recordando que "las grandes coaliciones tienen sentido en situación de crisis o cuando no hay otras alternativas desde el punto de vista de la aritmética parlamentaria".
En este sentido, reiteró que "en Madrid saben que en política de alianzas las decisiones las toma el PSC y nadie más" y garantizó que "no habrá" ninguna llamada de Zapatero pidiendo a los socialistas catalanes que dejen gobernar a CiU. "Descarto esa llamada. Seguro que no se hará. Conozco a Zapatero y sé que esa llamada no se producirá", apostilló.
Para Montilla, es "compatible" una apuesta por blindar la mayoría del PSOE en el Congreso y que el PSC conserve la presidencia de la Generalidad y recordó que CiU no votó la investidura de Zapatero y "no es decisiva" en Madrid, pese a que ellos intenten aparecer como tales". Pese a todo, Montilla señaló que "para mí está claro que lo más importante es Cataluña y su gobierno".
Sobre una posible reedición del tripartito, Montilla admitió que la experiencia "tiene luces y sombras, más luces que sombras y el tiempo lo dirá". Destacó como logros el Estatuto y los avances en políticas sociales, pero reconoció que el Gobierno "ha sido incapaz de comunicar, por el ruido del Estatuto, y ha tenido especial habilidad en comunicar el ruido de otros y el propio". A modo de ejemplo, Montilla citó el boicot al cava, la visita de "un señor a Perpignan o el viaje a Jerusalén".
A todo ello, Montilla sumó la falta de "cultura de Gobierno" y apuntó directamente a ERC asegurando que "no tiene cultura de coalición ni de gobierno". "No ha sido un partido de gobierno", apostilló. Preguntado sobre si admitiría a Carod en su gobierno, Montilla se limitó a apuntar que el líder de ERC "aspira a presidir" la Generalidad.
No obstante, sí admitió que "respiraría tranquilo" si no necesitara a los republicanos para formar gobierno. Montilla sostuvo que "no gobernaré a cualquier precio" y rechazó acceder a la presidencia con un gobierno "inestable, ruidoso y haciendo disparates". "Sería imperdonable" y "no jugaremos".
