L D (Agencias)
Los periodistas salieron el sábado de Bagdad por carretera, con rumbo a Jordania, en un convoy en el que también había reporteros de otras nacionalidades. Desde Amán, la capital jordana, tomaron aviones que hicieron escala en Francfort, París y Atenas, para llegar al aeropuerto madrileño de Barajas durante la tarde del domingo. Según explicó a su llegada la enviada especial de El Correo, Mercedes Gallego, también regresaron los corresponsales de medios como Canal Sur, MediaSat o la COPE.
Poco después llegaron los siete “brigadistas” que permanecieron en Bagdad desde antes de que se iniciara el ataque aliado. Se trata de Javier Barandiarán, José Bielsa, Berlamino Marino García, María Rosa Pañarroya, Ana María Rodríguez, María Teresa Tuñón y Carlos Varea. También salieron de Bagdad por carretera el sábado, para llegar a Jordania y, desde allí, tomar un vuelo hasta Madrid. A su regreso, trescientas personas, entre familiares y amigos, recibieron a los siete brigadistas con aplausos y gritos de “no a la guerra” en el aeropuerto de Barajas.
“Traemos documentados al menos medio centenar de casos de ataques contra la población civil, y es nuestra voluntad que esta documentación pueda contribuir a implicar y enjuiciar al Gobierno de José María Aznar en colaboración con crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos con Irak”, manifestó a los periodistas el portavoz del grupo, Carlos Varea, quien también relató la “indefensión” que los brigadistas y los periodistas han vivido en las últimas horas, ya que “se nos ha presionado antes de salir de Bagdad para retornar y cuando no había manera de salir nos decían que nos quedásemos allí, en un país ya ocupado”.
Varea, que es portavoz del Comité de Solidaridad con la Causa Arabe (CSCA), asociación que ha organizado las “Brigadas contra la guerra”, calificó al pueblo iraquí de “solidario, digno, heroico y laborioso, y no ese pueblo que se quiere ahora presentar de bandidos y colaboracionistas”. “Nuestra vida ha peligrado en cada esquina. Se ha bombardeado al azar, en barrios populares, en la periferia, en aldeas, en el centro de Bagdad”, relató el “brigadista”, para quien ha habido momentos difíciles “ya que nos hemos encontrado ante unas fuerzas de ocupación que nos han declarado beligerantes y, por tanto, susceptibles de ser abatidos”.
Carlos Varea también comentó que al Gobierno español “no le debemos nada” porque “aparte de amables palabras de algún funcionario de Asuntos Exteriores no ha hecho nada por sacarnos de Bagdad y nos ha recomendado hasta el último momento que permaneciésemos en una ciudad en la que no nos daban ninguna garantía de seguridad”. Durante el trayecto que realizaron entre Bagdad y Jordania, según relataron, los “brigadistas” se encontraron con divisiones acorazadas en el cinturón de la capital y posteriormente con varios controles de las fuerzas especiales, mientras que la zona fronteriza jordana se encuentra ya en manos de EEUU.
Poco después llegaron los siete “brigadistas” que permanecieron en Bagdad desde antes de que se iniciara el ataque aliado. Se trata de Javier Barandiarán, José Bielsa, Berlamino Marino García, María Rosa Pañarroya, Ana María Rodríguez, María Teresa Tuñón y Carlos Varea. También salieron de Bagdad por carretera el sábado, para llegar a Jordania y, desde allí, tomar un vuelo hasta Madrid. A su regreso, trescientas personas, entre familiares y amigos, recibieron a los siete brigadistas con aplausos y gritos de “no a la guerra” en el aeropuerto de Barajas.
“Traemos documentados al menos medio centenar de casos de ataques contra la población civil, y es nuestra voluntad que esta documentación pueda contribuir a implicar y enjuiciar al Gobierno de José María Aznar en colaboración con crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos con Irak”, manifestó a los periodistas el portavoz del grupo, Carlos Varea, quien también relató la “indefensión” que los brigadistas y los periodistas han vivido en las últimas horas, ya que “se nos ha presionado antes de salir de Bagdad para retornar y cuando no había manera de salir nos decían que nos quedásemos allí, en un país ya ocupado”.
Varea, que es portavoz del Comité de Solidaridad con la Causa Arabe (CSCA), asociación que ha organizado las “Brigadas contra la guerra”, calificó al pueblo iraquí de “solidario, digno, heroico y laborioso, y no ese pueblo que se quiere ahora presentar de bandidos y colaboracionistas”. “Nuestra vida ha peligrado en cada esquina. Se ha bombardeado al azar, en barrios populares, en la periferia, en aldeas, en el centro de Bagdad”, relató el “brigadista”, para quien ha habido momentos difíciles “ya que nos hemos encontrado ante unas fuerzas de ocupación que nos han declarado beligerantes y, por tanto, susceptibles de ser abatidos”.
Carlos Varea también comentó que al Gobierno español “no le debemos nada” porque “aparte de amables palabras de algún funcionario de Asuntos Exteriores no ha hecho nada por sacarnos de Bagdad y nos ha recomendado hasta el último momento que permaneciésemos en una ciudad en la que no nos daban ninguna garantía de seguridad”. Durante el trayecto que realizaron entre Bagdad y Jordania, según relataron, los “brigadistas” se encontraron con divisiones acorazadas en el cinturón de la capital y posteriormente con varios controles de las fuerzas especiales, mientras que la zona fronteriza jordana se encuentra ya en manos de EEUU.