Desde su tibuna en el diario Público, Elena Valenciano vuelve a arremeter contra el PP y Mariano Rajoy. Aunque la cantinela suene a lo de siempre, esta vez la Secretaria de política internacional y cooperación del PSOE se queja de que el partido de la oposición no haya apoyado al Gobierno durante la crisis económica – la que además, da por zanjada.
Así, Valenciano aduce que "la tormenta económica que se gestó en la banca estadounidense, y que acabó sacudiendo a las principales economías occidentales" – cualquier momento es bueno para quitarse las culpas – "ha sido utilizada sistemáticamente por Mariano Rajoy con el único objetivo de perjudicar, desgastar y cuestionar, sin tregua, a Zapatero. El Gobierno no ha podido contar, ni en los peores momentos de la crisis, con la más mínima "lealtad nacional" por parte de Rajoy" se lamenta.
Lo que a la socialista le escuece es que el PP haya hecho - en honrosas ocasiones- oposición, en resumidas cuentas. Trabajosamente se esfuerza en llenarlo de dramatismo, añadiéndole más riesgos que se saca de la manga. Valga por ejemplo el siguiente párrafo: "Los días previos al último Consejo Europeo surgieron insistentes rumores, posteriormente desmentidos por todos los responsables políticos y económicos internacionales, sobre la solvencia de la deuda soberana de España. Y Rajoy no sólo no los combatió, sino que optó por alimentarlos. Los portavoces del PP llegaron a compararnos con Grecia y con Hungría, jugando con fuego a ver si se quemaba Zapatero aunque fuera a costa de incendiar el país. Sus correligionarios en Francia, Alemania, Italia y Reino Unido se quedaron perplejos ante la dosis de irresponsabilidad de la que hizo gala, en esos días tan difíciles, el PP español". Si los líderes europeos se quedaron perplejos, es algo que sabe Valenciano, y sólo Valenciano, ¿O alguien recuerda a Cameron o a Merkel apercibiendo al líder popular?.
La visión que trata de transmitir desde Público, es la siguiente: "El líder del PP se ha apuntado a una estrategia destructiva convirtiéndose en una sorprendente y molesta excepción en la derecha europea", dice, para unas líneas después llamarle "antiembajador de España".
Le molesta a ella, molesta al PSOE, y Rajoy molesta hasta en Europa. La siguiente columna será cómo el líder también ha estado equivocado dentro de su partido.