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Censura a un rotundo fracaso

La moción de censura en sentido estrictamente político está ganada. El Gobierno vasco dirigido por Ibarretxe ha fracasado rotundamente y las mociones de censura son la consecuencia inevitable. En una situación normal, Ibarretxe habría disuelto el Parlamento y convocado elecciones. Ya lo debería haber hecho tras el asesinato de Fernando Buesa. Pero el concepto patrimonialista que tiene su partido del País Vasco le obliga a groserías alejadas de la educación democrática institucionalizada. Así sigue aferrado a su fracaso, sin más cobertura que un margen legal, en cuyas aristas ha ido dejando tantas heridas políticas, hechas pústulas, que no tiene margen para ningún liderazgo.

El Gobierno de Ibarretxe ha supuesto:

1.- Una perdida de libertad para la mayoría de los ciudadanos.

2.- Un refuerzo técnico y político del terrorismo, que ha llegado a incrementar su crueldad.

3.- El intento de ruptura, por la permanente puesta en cuestión, del punto de encuentro para la mayoría de la ciudadanía vasca que es el Estatuto de Autonomía, al que los vascos no nacionalista tanta generosidad mostraron para que fuera el marco de convivencia plural en el autogobierno.

El PP debería haber apoyado la moción de censura del Partido Socialista de Euskadi sin promover otra posterior sabiendo que Carlos Iturgaiz no será su candidato. Evidencia que no están dispuestos a dejar margen político al PSE y en nada favorece la necesaria complicidad para el Pacto de Estado al que la situación del País Vasco obliga.

El PP, y José María Aznar en particular, deberían corresponder a la altura política que esta demostrando el Partido Socialista de Euskadi. Parece una mala broma la petición de Iturgaiz al PSE para que esté a la altura de la situación votando su moción de censura. Se lo pide a quien abandonó el Gobierno vasco en la anterior legislatura, cuando el PP mantenía múltiples acuerdos con el PNV. A quien ha posibilitado, con costes internos, la gobernabilidad del PP en Álava y a quien ha planteado con altura de miras el Pacto de Estado explicitando a la vez una total lealtad con el Gobierno de la nación. Reitero que el PP, y José María Aznar en particular, deberían estar más atentos a esos gestos políticos. A buen entendedor con esta reflexión basta.

Javier Elorrieta es portavoz del Grupo socialista en el Parlamento vasco

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