Empiezan a verse personas que llevan consigo dos teléfonos móviles. Uno es el de la oficina; el otro, el estrictamente privado. Puede haber otras combinaciones. Se comprende la utilidad del doble dispositivo para las personas con una intensa necesidad de comunicarse. Pero uno las ve azacaneadas con tanto artilugio. Digo yo si no sería conveniente que los ingenieros diseñaran un mismo telefonillo con dos líneas. Mientras se habla por una de ellas, la otra puede registrar la segunda llamada. Quien dice dos, se puede pensar en tres o más. Un artefacto tan sencillo facilitaría la vida de los hipercomunicados, especie creciente.

Plurimóviles

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