Menú

Sólo cuatro días después de instar públicamente al Gobierno Aznar a llevarse bien con el Gobierno de Vitoria, Rodríguez Zapatero acaba de pedirle a Ibarretxe elecciones autonómicas anticipadas, ante la "escalada insólita" del terrorismo etarra, cuyas dos últimas manifestaciones han sido el atentado-trampa contra policías y agentes de Intxaurrondo y el fallido intento de asesinato de dos periodistas y su bebé, que se salvaron de puro milagro. Hace ya tiempo que entendemos con dificultad lo que hacen Zapatero y su partido en materia antiterrorista, y eso cuando entendemos algo, pero en esta ocasión confesamos que no entendemos absolutamente nada. Para empezar, ¿donde está la "escalada" terrorista? ¿Y qué tiene de "insólita"?

Es no sólo razonable sino suscribible el "mensaje político" que el joven líder socialista ha enviado al Gobierno Vasco: la convocatoria electoral es "cada vez más urgente, imprescindible y necesaria". Pero entonces, ¿a qué viene esa declaración del PSOE en la última reunión sobre el terrorismo diciendo que el Gobierno de la Nación debe mejorar sus relaciones con el Gobierno de Vitoria, cuya única razón de ser, según los socialistas, es la de disolverse? ¿A qué vienen estas críticas contra el PNV después de cada atentado si luego los líderes socialistas se dedican a equiparar las responsabilidades del PNV y las del PP?

Afortunadamente, Zapatero y su partido no tienen ninguna responsabilidad ministerial en materia antiterrorista. Tal vez por eso podemos seguir alimentando la esperanza de un serio quebranto policial del terrorismo. Pero la responsabilidad política que sí tiene el PSOE en este problema, el más grave de España, la defrauda todos los días y en todos los ámbitos: quieren cargarse el sistema constitucional mediante el "federalismo a la carta" de Maragall, Touriño y Pepiño. Van a las manifestaciones del PNV contra el PP y "¡Basta ya!" para apoyar a Ibarreche, después de haber presentado una moción de censura pidiendo su dimisión. Hablan ahora de elecciones urgentes cuando son los socialistas los que continuamente le dan oxígeno al Gobierno del PNV. Hasta piden al Gobierno y al denostado fiscal general del Estado que actúen contra Pepe Rei. ¿Por qué no se lo piden directamente a su amigo Clemente Auger y a sus cofrades de "Jueces para la Democracia" en la Audiencia Nacional, que en el caso de la etarra Beloki no han podido comportarse mejor... con el terrorismo?

Últimamente, todas las urgencias políticas de Zapatero parecen limitarse a las del cierre de los periódicos y la apertura del telediario. Se trata de salir del paso, quedar bien, como sea, y mañana, Diós dirá. Lo malo es que "Dios", o sea, González, no sólo dice sino que hace y, sobre todo, deshace. Ha deshecho la política antiterrorista del PSOE, sustituyéndola por una política de deslealtad con el PP y complicidad con el PNV. Y ha puesto en cuestión la propia autoridad del nuevo secretario general. El liderazgo de Zapatero parece un azucarillo al borde del café con leche. Y todavía no ha empezado el desayuno.

En Opinión