A Japón ha llegado el "Madorido" (Real Madrid en japonés), para disputar la final de la Copa Intercontinental. Cola" y Marilyn, el Madrid es uno de los iconos con más poder de penetración en el siglo XX; de ahí que nadie entienda cómo hasta ahora una fábrica de producir sueños y millones como la madridista ha dilapidado su "merchandising" (vulgo: vender "pines", camisetas con el nombre de Figo y llaveritos con la cabeza de Roberto Carlos).
Siempre se ha dicho -por evidentes connotaciones políticas, hoy afortunadamente trasnochadas- que el Barcelona es más que un club. El Madrid también. En "El fútbol a sol y sombra" (un magnífico libro de Eduardo Galeano que les recomiendo encarecidamente) se cuenta una anécdota acontecida a un periodista español: colocado ante un pelotón de fusilamiento, en un país lejano del que ni recuerdo su nombre ni falta que hace, al colega y compatriota sólo se le ocurrió -tras intentarlo todo- musitar un nombre: Emilio Butragueño... "¿Butragueño?... ¿Real Madrid?... ¿Fútbol español?... ¡Soltadle!"... El Real Madrid salvó en el último instante la vida al informador que, supongo, sería madridista desde ese momento si es que ya no lo era antes. Me le imagino aterrizando en Barajas y, tras besar el suelo, gritar un atronador ¡Hala Madrid!
Nada más llegar a Narita, los componentes de la plantilla merengue se han llevado una sorpresa enorme: una niña de seis años se llama Real Madrid; sus padres, enamorados del fútbol de Juanito, Míchel, Valdano y precisamente Butragueño, decidieron que el mejor homenaje era bautizar a su hija con el nombre de su club. Mucho mejor, en cualquier caso, que aquellos otros que optaron por llamar a su retoño recién nacido Prosinecki, en honor de aquel jugador eterna promesa que pudo haber sido y luego no fue. Miren ustedes si el Real Madrid es grande que por un lado (según Galeano) sirve como salvavidas, y por el otro bautiza a niños en el Imperio del Sol Naciente. El Madrid es más que un club, mucho más. Gane o pierda la Intercontinental, el "Madorido" siempre será grande. Ahora solo falta que vendan más banderines.
Me llamo Real Madrid
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