Amnistía Internacional promueve una campaña internacional contra Eta mientras la dictadura castrista desarrolla una de sus paranoicas campañas no para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos ni para permitir un debate abierto sobre las libertades en Cuba, sino para adoctrinarles sobre el País Vasco. La postura de Castro es idéntica a la de Arzalluz: estamos ante un conflicto político con Eta y el Gobierno en polos opuestos.
En la materia, Castro tiene aún menos autoridad moral que Arzalluz. En “la gran mascarada” de Jean Francois Revel el dictador totalitario cubano ocupa, en el momento actual, uno de los primeros puestos del ránking. En puridad, el viejo dinosaurio es un ideólogo del terrorismo. Con su práctica de campos de concentración para los demócratas, Castro es el ejemplo de los etarras. La dictadura castrista ejerce el terrorismo cotidiano de su estado policial.
La lucha por la libertad en España, contra el terror nacionalista de Eta, busca precisamente que no haya ni campos de reeducación-exterminio ni balseros en el Cantábrico.
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