Supondría un hecho de justicia histórica que tras los acontecimientos vividos en el Salto del Caballo devolvieran la Corte a Toledo, su sitio de origen. Fue Felipe II quien decidió en su día trasladarla a Madrid, lo que supuso la decadencia de una ciudad encantadora que hoy sirve de dormitorio circunstancial para muchos capitalinos. Es muy curioso que el Real Madrid se muestre tan indolente con la Copa del Rey, y resulta mosqueante que en un club que acaba de ser elegido como el mejor de la historia no se le dé la importancia que tiene a la eliminación por un equipo de Segunda División B. Dramático.
Será porque entre el mare mágnum de un vestuario hecho a medida del presidente de la ONU la historia se ha diluido, y para los brasileños, argentinos, portugueses y demás tropa resulta más fácil ignorarla que defenderla; pero el hecho es que si alguna competición debiera mimar el Madrid es justamente la Copa del Rey.
Ojeando el Libro de Oro del Real Madrid C.F. (una joya de 1952 editada por "Ares"), me topo con la siguiente reproducción fotográfica procedente de la Mayordomía Mayor de Su Majestad: "Su Majestad el Rey (q.D.g.), se ha servido conceder con la mayor complacencia el Título de Real, a ese Club de Football del que V. es digno Presidente, el cual, en lo sucesivo podrá anteponerse a su denominación. Lo que de Real orden participo a V. para su conocimiento, y efectos consiguientes. Dios guarde a V. muchos años. Palacio 29 de junio de 1920. El jefe superior de Palacio". El título está dirigido a Pedro Parages Diego Madrazo, presidente del Madrid (¡desde entonces Real!).
El miércoles a las once, el Madrid había caído eliminado ante el gallardo Toledo, club cuyo presupuesto alcanza con dificultad los cuatrocientos millones de pesetas (una pierna izquierda de Luis Figo). Hacia las seis de la madrugada podía verse a algún futbolista merengue en el famoso gimnasio madrileño "Joy Eslava", poniéndose a tono, haciendo musculación y "fitness", trabajando la barra fija.
Este Madrid es irreal. Hablo con alguno de los futbolistas que no viajaron a Toledo y apelan a la tranquilidad. Tranquilidad en la Supercopa. Tranquilidad en la Copa Intercontinental. Y ahora tranquilidad en la Copa del Rey. Y es que el nuevo Madrid es eso, el reino de la tranquilidad, el nirvana más absoluto, un coto vedado donde se reproduce con entera libertad el flemático. Paz y amor, por tanto. Y hasta la próxima eliminación compañeros.

Irreal Madrid
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